En la mina de Yauricocha, cuando entró a trabajar un obrero en su turno normal de 4:00 am, su jefe le dijo: te vamos a cambiar de turno, a las 12 de la media noche.
De repente la lámpara del obrero se prendió, y vio que era pequeño y tenía casco.
El Muky se sacó el casco, y ahí vio que tenía pequeños cuernos, y le mostró muchas monedas de oro dentro de su casco y le dijo: ven trabaja conmigo y serás más rico que un rey de afuera.
Y así el Muky le mostró toda su riqueza. Ya se había cumplido el turno del obrero y el Muky le dijo: ve a tu casa y no cuentes a nadie lo que viste.
El obrero fue a su casa, y como no estaba contento con lo que había visto, entonces se le contó a su esposa.
Luego al día siguiente, regresó a su trabajo y se encontró con el Muky, entonces éste le dijo: ¿no le contaste nada a nadie no? Y el obrero le respondió que no, entonces el Muky le dijo: no me mientas, y el obrero le respondió: no te miento.
El Muky le dijo: si me sigues mintiendo te quedarás aquí conmigo.
Entonces el obrero le contó lo que había pasado a su jefe y a sus compañeros.
El Muky se enteró y le dijo: tú me mentiste, le dijiste a todos lo que viste y ahora te quedarás conmigo para siempre aquí en mi casa, y el Muky le puso unas botas de oro al obrero y le dijo: con éstas andarás, sólo saldrás de aquí cuando se gaste por completo, y el obrero trataba de escapar por el camino que él conocía pero no encontraba la salida; y ahora anda llorando y caminado por toda la mina y hasta entonces dicen que por su sufrimiento ocasiona derrumbes en la mina.
Georgina Elena Palmeyro
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