27 de diciembre de 2017

El Bendito Espíritu Gitano


Esa tarde, mientras compartíamos un rico vino, mis ojos seguían los movimientos que desplazaban esos pañuelos en su estelar vaivén en concordancia a los gestos de la seductora zíngara, que despaciosamente me relataba sobre sus devociones a Sara la Kali; patrona de los gitanos. "La Kali", significa en la lengua gitana "la mujer de negro" y/o "la gitana" (tal como fue el apelativo ancestral de la raza gitana,"negro o kemet" por su descendencia egipciana); cada 25 de Mayo se congregan masivamente las distintas comunidades en una enorme peregrinación que finaliza en la ceremonia con el sumergimiento de la esfinge negra de la Kali en el Mediterráneo. 

Sincretizada en el Catolicismo como Santa Sara, la Kali era una gitana que acampaba en la costa de Francia cuando recibe las visiones que le informaron que las santas que habían presenciado la muerte de Jesús se encontraban al llegar y debía ayudarlas. 
Cuando se aproximó el barco de María Magdalena y María Salomé, que con embravecida furia del mar, parecía hundirse con la terrible tormenta que se desataba en ese instante; Sara desplegó sobre las aguas del mar su vestido que simulando un flotador enorme, le permite caminar sobre él sin hundirse; llevando a tierra firme a las dos santas. 
Esta semejanza con Jesús, hizo que los gitanos que hasta el momento sólo habían practicado la idolatría por Ishtari, a quién ponían en sus hombros una vez al año y llevaban al mar para recibir la bendición; trasladaran este ritual de purificación-veneración a la Kali. 
Desde este relato de privilegio en cuanto a la elección del pueblo de donde saldría la elegida para llevar a cabo este milagro parecido en su resolución a la tan conocida caminata de Jesús, sobre las aguas; es que se sienten portadores de un espíritu grandemente bendecido por Dios. 
Con exagerado orgullo, Samara; daba crédito explícito sobre las especulaciones que tradicionalmente le fueron enseñadas. Y agregaba otro motivo más para justificar esta convicción; la leyenda de los cuatro clavos: me explicaba que cuando se había mandado a forjar los cuatro clavos para hacer morir al Redentor; los vio una hija del viento (gitana) que cruzaba la colina y sólo pudo robar un clavo sin que la sorprendiera el soldado que custodiaba la labor. 
Así fue que Cristo murió crucificado, con tres clavos solamente; añadiendo el cuarto clavo, el dolor de los gitanos por el Salvador. 
Ellos creen que el Señor agradecido por tan noble actitud, les regaló al pueblo gitano el "blagostobo"; es decir, todo lo bueno, placer y libertad. 
También para mi sorpresa me contaba que aquellos que los despreciaban, interpretaban este hecho como una maldad gitana; puesto que llevaría a nuestro Nazareno a un mayor sufrimiento con sólo tres clavos. 
Quizás se me critique de ingenua; aún así, me encantan los mitos, las leyendas, los cuentos y todo lo que de una u otra manera colabora en el entendimiento del ser humano; de quién físicamente puedo parecerme, aunque seamos culturalmente distintos; porque en esencia tenemos un espíritu que solo ansia evolucionar para estar cerca del Creador. 
Y desde ésta amplitud mía para fusionarme, adaptarme y disfrutar de las particularidades de las personas, es que aún hoy, pasados ya unos largos 10 años, sigo recordando a Samara y vuelvo a revivir las cosquillitas en la piel… 

Fuentes: Marcela de hechizos.info


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