Un viaje de 600 años
En ese viaje intergeneracional de 600 años atravesaron Asia central, Oriente Medio y las tierras del Cáucaso sin apenas mezclarse con las poblaciones autóctonas.
“Para estimar las fechas, se cuenta con la ventaja de que estas variaciones genéticas —los SNP— presentan una tasa constante de mutación”, explica Comas.
Con la información sobre similitudes y diferencias genéticas entre los distintos grupos, los investigadores pudieron dibujar el árbol genético de los actuales gitanos europeos.
Primero compararon los datos de los romaníes con los de otros 4.500 individuos de diversas poblaciones del mundo.
El análisis les permitió situar al pueblo gitano en ese árbol genético, determinando su particular situación entre los pueblos euroasiáticos.
A pesar de sus diferencias entre ellos, las distintas ramas llevan al mismo origen.
Mediante inferencia bayesiana, los investigadores han establecido el posible origen de los gitanos en el norte de India.
La zona más probable es la de Meghawal, en rojo.
Como habían señalado anteriores estudios lingüísticos, antropológicos y del ADN mitocondrial, los gitanos procederían del noroeste de India, de una amplia zona que comprendería las regiones históricas de Cachemira, Rajastán y el Punyab, que hoy comparte con Pakistán.
El problema es que la heterogeneidad genética y el aislamiento entre grupos y castas hacen muy difícil localizar a los ancestros de los gitanos. “No hay buenas muestras genéticas de India y de Pakistán que nos permitan dar finalmente con el origen concreto del pueblo gitano”, explica Comas.
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