5 de diciembre de 2017

El Perro Familiar - Creencias Paganas -


Por las noches o a la hora del sopor de la siesta, se podía oír un ruido extraño de cadenas que eran arrastradas, era el Perro familiar, así le decía la gente en pocas palabras y cerraba puertas y ventanas, por si acaso.

No era un animal corriente, era un perro muy grande, color negro con las pupilas rojas de sangre y furia.
Era el Diablo para algunos o el perro del Diablo para otros.

El monstruo diabólico y misterioso tenía una particularidad, se llevaba a determinadas personas, a aquellos que atentaban contra el orden establecido, la seguridad, la tranquilidad del pueblo, los valores, las leyes, los derechos, la patria, Dios, la familia.

Una de sus leyendas esta situada profundamente en la zona de los ingenios y plantaciones de los poderosos, que dentro de sus tierras tenían las famosas colonias, donde vivian los trabajadores, constituian verdaderos pueblos, o ciudades pequeñas, pero con la ley del patron, la policia del patron, los almacenes del patron y curiosamente todos votaban para el partido o candidato del patron.

La leyenda era una espada de dos filos, asustaba a la gente, la tenía contenida, miedosa y permitía los abusos, secuestros y humillaciones con cierta tranquilidad e impunidad.
El que sabía del verdadero significado del cuento, corría riesgo si pretendía protestar, hacer valer sus derechos, pedir sus garantias, o pedir salud, educación o dignidad.

Muchos de ellos fueron llevados al infierno por el nauseabundo y cobarde perro familiar con distintos trajes, según la ocasión y la historia.

Muchos juran haber visto al Perro Familiar.
Lo de familiar tiene que ver con el tamaño, como las gaseosas o productos familiares.
Y porque al atacar a uno de la familia, grupo, pueblo, asociación, sindicato, movimiento producía en los demás miembros sensaciones de miedo, de paralisis, de dispersión.

Otros dicen que tienen que ver con la Familia del dueño del perro, el que hizo el pacto con el demonio, en ese pacto, el diablo cuidadaba la fortuna de la familia y a cambio tenían que alimentar al perro con una persona.
Es una forma de control, en realidad el miedo, es el motor de esta leyenda.
Hoy sigue apareciendo el Perro Familiar de distintas maneras, como antaño.
Como en la conquista del continente, ya se conocía la presencia del perro y sus consecuencias.

Solo basta revisar un poco la realidad de la vida diaria, los perros aparecen en la Iglesia, cuando hay algunos que piensan y ven las cosas distintas, cuando exigen cambios, cuando quieren que la mujer ocupe y tenga las mismas oportunidades y opciones que los varones.
En la vida política, cuando los que quieren que los derechos sean para todos, que la salud sea para todos, la educación y la vivienda sean para todos.
En el bien común, cuando todos tenemos derecho a participar y elaborar propuestas que beneficien a todos.
En el medio ambiente, en el deporte, en la cultura, en la sexualidad.
Siempre nos hechan los perros.
Habrá que empezar a hablar del perro, a gritarle; "juira pirro...", "a la cucha", el sabe que si salimos todos, si gritamos todos, si nos paramos todos, se tendrá que ir.
También sabe que tiene su tiempo contado. Falta que dejemos de tenerle miedo.

Porque no es una leyenda, existe.


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