El Mito de la Mujer Mula en las tradiciones sudamericanas.
Entre otros nombres, la Mulánima, ser fantástico del norte argentino, recibe también el nombre del alma mula, mala mula y mujer mula.
Se trata de una mujer que fue transformada en mula como castigo ya sea por haber tenido relaciones amorosas con un cura o por haber cometido un incesto.
La Mulánima tiene el aspecto de una mula de color negro o marrón oscuro y orejas muy largas. Suele correr de noche por los campos, arrastrando cadenas pesadas o emitiendo destellos con la mirada.
También puede arrojar fuego por nariz y boca.
Sólo se alimenta de carne, incluso de niños.
El rebuzno de este ser es tan humano que genera estremecimientos en quien lo escucha.
Mirar a la Mulánima, causa desgracia cuando no la muerte misma.
¿Como liberarse de la Mulánima? Hay que esperar en un lugar estratégico, cuchillo en mano y al pasar, cortarle una oreja o las crines.
Cuando la sangre fluya, se romperá el hechizo para volver a ser una mujer hermosa.
Si algún hombre la mirara, se enamoraría inevitablemente de ella, abandonando a su familia y el trabajo por esa pasión.
Pero el perdido enamorado, morirá al poco tiempo totalmente consumido.
En variante boliviana, este mito se enlaza con el de la mujer que es amante de un sacerdote se convertirá en mula y su descendencia, en candeleros.
En la versión brasileña, recibe el nombre de “mula sem cabeca” o “burrinha”.
Es en este caso, mujer de un fraile que en las noches de viernes se convierte en una mula sin cabeza y recorre siete iglesias.
En esta variante, el hechizo se rompe con un trozo de hierro que al tocarla, la regresa a su forma humana.
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