Los enanos y elfos oscuros habían sido engendrados como gusanos en la carne del gigante muerto, Ymir.
Los dioses, percatándose de estas pequeñas y deformes criaturas arrastrándose fuera y dentro, las dotaron de forma y rasgos y fueron conocidas como elfos oscuros.
Las pequeñas criaturas eran tan sencillas, con su piel oscura, ojos verdes, grandes cabezas, piernas cortas y pies de cuervo, que se les ordenó que se escondieran bajo tierra, con instrucciones de no volver nunca a aparecer durante el día a menos que quisieran verse transformados en piedra.
Aunque menos poderosos que los dioses, eran mucho más inteligentes que los hombres, ya que su conocimiento era ilimitado y se prolongaba incluso al futuro, por lo que los dioses y hombres anhelaban por igual hacerles preguntas.
Los enanos también eran conocidos como trolls, kobolds, brownies, goblins, pucks o gente de Huldra, dependiendo del país donde vivieran, y además eran de especies distintas, con aspecto y caracteres diferentes.
Estos pequeños seres podían moverse con maravillosa celeridad de un sitio a otro y les gustaba ocultarse detrás de las rocas, desde donde repetirían maliciosamente las últimas palabras de las conversaciones que escuchaban.
Debido a este ardid, los ecos se conocían como charla de enanos y la gente creía que la razón por la que los artífices de estos ruidos nunca eran vistos se debía a que cada enano era el orgulloso propietario de un pequeño sombrero rojo que hacía invisible al que lo llevaba puesto. Este sombrero se conocía como tarnkappe, y sin él los enanos no osaban aparecer en la superficie de la Tierra tras la salida del Sol por miedo a ser petrificados. Cuando lo llevaban puesto, estaban libres de este gran peligro.
Los enanos, al igual que los elfos, fueron gobernados por un rey que, en varios países del Norte de Europa, era conocido como Andvari, Alberich, Elbegast, Gondemar, Laurin u Oberón. Él vivía en un magnífico palacio subterráneo, adornado con las gemas que sus súbditos habían extraído del seno de la Tierra, y, además de incontables riquezas y el tarnkappe, poseía un anillo mágico, una espada invencible y un cinto de fuerza. Los pequeños hombres, que eran herreros muy hábiles, fabricaban a sus órdenes maravillosas joyas o armas, las cuales eran entregadas por su Rey a sus mortales favoritos.
Sabemos que el enano Dvalin fabricó la cabellera dorada de Sif, (esposa de Thor) el barco Skidbladnir, siempre arrastrado por vientos favorables, que podía navegar tanto por aire como por agua y poseía la propiedad mágica de que incluso embarcados en él todos los dioses y sus corceles, se podía doblar hasta alcanzar un tamaño tan diminuto, que cabía en el bolsillo; realizó también la punta de lanza de Odín, Gunngnir, que nunca erraba su objetivo.
Los enanos Sindri y Brock realizaron el anillo Draupnir (emblema de fertilidad, del que, cada nueve noches caían ocho anillos iguales), el jabalí de las cerdas de oro Gullinbursti, el martillo Mjölnir de Thor a cuyo poder nadie podía hacerle frente y el collar de oro de Freya, Brisingamen.
Se dice que los enanos también forjaron el cinto mágico que Spenser describe en su poema "Faerie Queen", un cinto del cual se decía que tenía el poder de revelar si su portador era virtuoso o un hipócrita.
Los enanos también crearon la mítica espada Tyrfing, que podía atravesar el hierro y la roca pero echaron una maldición sobre ella: su portador debería de morir y las heridas que causará no se podrían curar. Después de varios portadores llegó a a manos de Angantyr. Esta espada, como la de Frey, luchaba con voluntad propia y no podía ser envainada, tras ser extraída de su funda, hasta que se hubiese manchado de sangre su hoja. Angantyr estaba tan orgulloso de su arma que hizo que la enterrarán con él. Pero su hija Hervör visitó su tumba a media noche, recitó hechizos mágicos y le obligó a salir de su sepultura para que le entregara la preciosa espada. Ella la empuñó con valentía y con el tiempo se convirtió en propiedad de otros héroes nórdicos.
Otra célebre arma, que de acuerdo con la tradición fue forjada por los enanos en la Tierra del Este, era la espada Angurvadel, que Frithiof recibió como parte de la herencia de sus padres. Su empuñadura era de oro bruñido y la hoja estaba gavada con runas que estaban inactivas hasta que era usada en guerra, entonces se iluminaban tan rojas como las crestas de un gallo de pelea.
Fuentes Mundo Edda
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