El nativo del signo del Dragón aspira a convertirse en un autentico noble, y si no lo logra se conforma con ser un "imitador de noble".
En esta dirección dirigirá todos sus esfuerzos.
Arrogante, su complejo de superioridad lo lleva a mirar a todo el mundo por encima del hombro.
Aunque no abriga grandes ideales, posee la habilidad de convencer a los demás que si los tiene, lo cual esta indicando que nació para triunfar especialmente en política.
Se expresa con tal vehemencia que enfervoriza al auditorio: de la noche a la mañana puede convertirse en un líder y llegar a marcar toda una época.
Arribista, no desaprovecha ninguna oportunidad para encaramarse a las mas altas posiciones.
En su profesión siempre sera el primero y encarnara a la perfección el rol de "gran señor".
En su defensa puede afirmarse que es magnánimo y no traiciona, además, es muy raro que exista un solo Dragón avaro.
Si el destino dispone que no llegue a ser el "numero uno", entonces es probable que se convierta en un confabulador extremista, un peligrosisimo intrigante.
Es que con el Dragón no van los términos medios: es "todo luz" o "todo sombra".
Su vida privada, antítesis de su vida publica, constituye su "talón de Aquiles".
Dificilmente tenga un hogar normal y feliz, porque si su esposa es inferior a el sera practicamente su sierva, y si ella se encuentra en su mismo nivel, la competencia sera feroz.
Fuentes Consultadas
El Manual del Astrólogo
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