Los síntomas del paciente y un interrogatorio exhaustivo que incluya preguntas sobre viajes recientes a zonas endémicas del virus del Ébola, malaria o influenza son de vital importancia para dilucidar el diagnóstico de la infección por virus del Ébola.
Existen exámenes de laboratorio específicos que permiten detectar la presencia del virus del Ébola en la sangre o en el suero, sobre todo en la fase aguda, como lo es la determinación del ARN genómico o subgenómico; sin embargo, la técnica más común para determinar la infección por este virus es la detección de Anticuerpos IgM e IgG por el método ELISA de captura o sándwich, esta técnica es una prueba inmunológica que está basada en la captura de los anticuerpos presentes en el suero del paciente cuando reaccionan con una proteína del virus fijada a un pocillo de una placa rectangular de poliestireno, un tipo especial de plástico
Otras pruebas de laboratorio como el hemograma pueden aportar datos sugestivos de la infección, como los glóbulos blancos que suelen estar disminuidos (leucopenia).
Así mismo, puede observarse elevación de la cifra de hematocrito, que es una medida indirecta del estado de deshidratación del paciente y las plaquetas que participan en la coagulación, las cuales se encuentran disminuidas (lo que se conoce como trombocitopenia).
Más de la mitad de los pacientes afectados desarrollan algún grado de hemorragia.
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