Mitológicamente, y como no podía ser de otra forma, Canis Major está íntimamente relacionado con Sirio, su estrella principal y la más notable de todo el cielo.
Para la civilización egipcia, la primera aparición en la madrugada tras seis meses de ausencia en los cielos (orto helíaco) coincidía con la crecida del Nilo, y la consiguiente fertilización de las tierras de cultivo, constituyéndose de esa forma en fuente de riqueza para los egipcios.
Así, Sirio fue venerado primero como Anubis, el dios con cabeza de chacal, y más tarde como Isis. Ha sido identificado con el can Cerbero, guardián de los infiernos, lo que resulta coherente con la adoración de Anubis, pues éste era el dios de la necrópolis, directamente relacionado con Osiris.
Sirio fue también asociado con los días de mayor calor, la Canícula, pues se pensaba que al desaparecer en los meses centrales del año sumaba su calor al del Sol para así originar los días más crudos del verano.
Canis Major se identifica asimismo con uno de los dos perros del gigante cazador Orión, junto con Canis Minor.
Orión pidió a Zeus que pusiera a sus perros junto a él, y por eso siempre lo siguen en su desplazamiento por el cielo, tratando de cazar a Lepus (la Liebre).
Historia
Por diversas y poderosas razones, Canis Major ocupa un lugar preferente entre las 88 constelaciones catalogadas por la IAU (Unión Astronómica Internacional).
Figuraba ya en la lista de las 48 constelaciones clásicas de Ptolomeo, y representa a uno de los perros (el otro es Canis Minor) que siguen al gran cazador, el Gigante Orión.
Cuando se contempla en el cielo de enero, ahí arriba, dan ganas de alargar la mano y acariciar tanta inmensidad, tanta belleza, como si fuera una cariñosa mascota de ojos luminosos, y aliviar con su tacto el frío del invierno boreal.
Para empezar, bastaría con decir que contiene a la estrella más brillante desde nuestra posición (Sirio), que incluso rivaliza en brillantez con los planetas más notorios, y a la mayor estrella que se conoce (VY Canis Majoris), que comparada con nuestro Sol resulta ser de un tamaño inconcebible, por no hablar de las 88 estrellas de magnitud inferior a +6, y que están por tanto en el límite de la visibilidad sin aparatos, bajo buenas condiciones del cielo, una cantidad de estrellas inusual en una porción del cielo tan reducida. Un precioso cúmulo estelar (M41), cuya visión resulta tan delicada que muy bien pudiera servir como el más hermoso adorno para el día de navidad (escribo a media tarde del 25 de diciembre de 2010), junto a otros brillantes cúmulos galácticos, e interesantes nebulosas con formas que hacen volar nuestraimaginación, como la de la Gaviota y la del Pato (ambas en la imagen de la izquierda), también conocida como el Casco de Thor, son ejemplos del innegable interés de esta apasionante región del cielo y revelan la cercanía de la Vía Láctea, que cruza la constelación por el nordeste. Además, contiene a la Galaxia enana Canis Major, que alberga a mil millones de estrellas y es la más cercana a nuestra Vía Láctea, por quien parece estar siendo deglutida, en una sorprendente escena de canibalismo galáctico.
De tamaño más bien pequeño (es la número 43 en extensión, con 380 grados cuadrados), se sitúa en el Hemisferio Sur, aunque su declinación de -20º, cerca del ecuador celeste, permite ser avistada hasta regiones de latitud +60º, siendo visible, como es natural, en la totalidad del Hemisferio Austral. Desde el mes de noviembre, y hasta marzo, puede contemplarse en el Hemisferio Norte, y desde Octubre a mayo en el Sur.
Sirio
Sirio, o Sirius en su denominación latina, es el nombre propio de la estrella Alfa Canis Maioris (a CMa, también Alfa Canis Majoris), la más brillante de todo el cielo nocturno vista desde la Tierra, situada en la constelación del hemisferio celeste sur Canis Maior.
Esta estrella tan notable, que es en realidad una estrella binaria, es muy conocida desde la antigüedad; por ejemplo, en el Antiguo Egipto, la salida heliaca de Sirio marcaba la época de las inundaciones del Nilo,12 y ha estado presente en civilizaciones tan dispares como la griega, la maya y la polinesia. En ocasiones, y coloquialmente, Sirio es llamada «Estrella Perro» a raíz de la constelación a la que pertenece.
La componente primaria de las dos estrellas que conforman el sistema, Sirio A, es una estrella blanca de la secuencia principal de tipo espectral A1V que cuenta con una temperatura superficial de 10 000 K y que está alejada a unos 8,6 años-luz del Sistema Solar, lo que la convierte en la sexta estrella más cercana respecto al Sol.
Su magnitud aparente en la banda B (azul) es -1,46, y en la banda V es -1,47.1 Friedrich Bessel, en 1844, dedujo la presencia de una compañera, un objeto celeste muy tenue ahora llamado Sirio B o «el Cachorro», que fue observado casualmente por primera vez en 1862 por el constructor de objetivos astronómicos Alvan Graham Clark. Fue una de las primeras enanas blancas en ser descubiertas, su magnitud en la banda V es 8,44, su tipo espectral es DA2 y su temperatura superficial es de unos 25 200 K.5
Debido a ciertas irregularidades en la órbita del sistema Sirio formado por ambas estrellas, se ha sugerido la presencia de una tercera estrella, Sirio C, una presunta enana roja con un quinto de la masa del Sol y tipo espectral M5-9, en una órbita elíptica de seis años alrededor de Sirio A.
Este objeto aún no ha sido observado y se discute su existencia real.
Canis Maior
Canis Majoris, abreviadamente VY CMa.
VY CMa se halla situada a unos 5.000 años luz, cerca del campo del joven cúmulo abierto NGC 2362.
Los registros históricos de su variabilidad muestran que a principios del siglo XIX su brillo medio era más brillante que el actual, llegando a magnitud V= 6.5. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los sistemas fotométricos han cambiado con el tiempo, por lo cual esas mediciones sólo pueden ser consideradas aproximadas.
A través de un telescopio, VY CMa recuerda a eta Carinae, ya que no es un objeto puntual sino que se lo ve claramente rodeado de nebulosidad.
Casualmente tanto el Homunculus de eta Car como la nebulosidad de VY CMa fueron descubiertos desde el Observatorio de Córdoba, Argentina.
El primero por Enrique Gaviola en 1950 y el segundo por Luis Guerin en 1917.
Durante mucho tiempo se creyó que diferentes puntos luminosos detectados alrededor de la fuente central eran componentes de un sistema múltiple, pero con telescopios mayores y en especial por la variabilidad de esos componentes, se hizo evidente que eran condensaciones de gas que se movían y cambiaban su brillo alrededor de la estrella. Se trata de eyecciones de materia que han tenido lugar en diferentes épocas, que no son simétricas y forman "grumos". Esto ocurre porque la variable se haya en una fase evolutiva avanzada (dirigiéndose a la izquierda desde la zona de las supergigantes rojas hacia la zona de las supegigantes amarillas) en la cual el ritmo de pérdida de masa es muy grande, y más aún al tratarse de una estrella masiva.
La Constelación de Lepus (la Liebre)
Orión pisa sus talones, y sus perros, Canis Major y Canis Minor, tratan de apresarla, pero ella consigue noche tras noche alcanzar el ocaso del oeste, tras surcar todo el firmamento brincando desde oriente en constante peligro: Es la pequeña Liebre, la Constelación de Lepus, que entre las brillantes y amenazadoras Rígel, Saiph y Sirio logra salvar a sus más discretas pero hermosas estrellas, sus cúmulos, nebulosas y galaxias de las predadoras fauces de sus perseguidores.
Arneb, Nihal, la Estrella Carmesí de Hind, el cúmulo globular M79, la Nebulosa planetaria del Espirógrafo, el delicioso cúmulo estelar NGC 2017 y sus demás componentes lograrán así salvar el pellejo refugiándose bajo el horizonte, al menos hasta la noche siguiente; el gigante cazador tendrá que conformarse con cenar un yogur, aunque sea caducado. Todas estas constelaciones se representan mirando hacia el oeste, pues es ésa la dirección que aparenta el movimiento del cielo al transcurrir de las horas, aunque sabemos que la causa real es la rotación de la Tierra hacia el este.
Situada entre 10 y 27 grados por debajo del ecuador celeste, Lepus se localiza muy fácilmente al sur de las dos estrellas que representan los pies de Orión, Rígel y Saiph, y al oeste de las brillantes estrellas Sirio y Mirzam, de Canis Major. Se puede observar, por tanto, desde toda la Tierra, a excepción de latitudes más al norte del paralelo +63º, en los últimos y primeros meses del año, hasta abril.
A pesar de la nitidez de sus estrellas más notables, que alcanzan la segunda magnitud, queda ensombrecida por el extraordinario brillo de sus más que importantes constelaciones vecinas. No obstante, La Liebre ya era conocida desde antiguo, y Ptolomeo la incluyó en su listado de 48 constelaciones clásicas, ya en el siglo II de nuestra era.
El Casco de Thor
Es una espectacular nebulosa de emisión, muy cercana en la línea visual a la nebulosa de la Gaviota, pero que está cuatro veces más alejada del Sistema Solar, a unos 15.000 años-luz.
Nebulosa de La Gaviota
Este mapa muestra la ubicación de la cabeza de la Nebulosa de La Gaviota en la constelación de Monoceros (El Unicornio), no lejos de la estrella más brillante del cielo, Sirius.
Esta región de formación estelar es parte de la Nebulosa de La Gaviota (IC 2177), de mayor tamaño, y se extiende hacia la frontera de su vecino Canis Major (El Can Mayor).
Constelación de la Popa
La Constelación de la Popa, también conocida como Puppis.
Puppis es la popa del barco Argo Navis, una enorme constelación del sur, que se dividió en tres secciones: Puppis (la Popa), Carina (la Quilla), y Vela (las Velas). Es la de mayor tamaño y está parcialmente situada encima de la Vía Láctea, en una región con una elevada densidad de estrellas, ideal para una observación con prismáticos. Se la puede localizar al sudoeste de Canopus, una de las estrellas de Carina, y al noroeste de Sirio, una de las estrellas del Can Mayor.
La popa corresponde a la parte más septentrional del barco y es la única que se puede observar desde el hemisferio norte. Desde latitudes medias del norte, es posible ver un grupo de estrellas alrededor de Azmidiske y Markeb, que representan una bandera que ondea encima de la popa del barco. Debajo de los 39° norte es posible divisar la figura entera, aunque es muy tenue cuando se encuentra baja en el horizonte.
La Popa tiene su punto más álgido hacia principios de enero.
Igual que ocurre con las demás porciones de Argo Navis, la nomenclatura (Bayer) se basa en la constelación original: razón por la que la Popa no tiene ninguna estrella llamada a, ß, o d. Naos (2.25; azul-blanca brillante), que deriva de la palabra árabe que significa «barco», es una estrella supergigante, situada a 1.500 años luz y es una de las más calientes que se conocen (temperatura de superficie: unos 35.000 °C). Azmidiske (? 3.34; amarilla) se encuentra a una distancia de 650 años luz; su compañero no relacionado (5.3; naranja) está a 200 años luz de la Tierra.
Esta pareja se puede distinguir fácilmente con prismáticos.
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