La leyenda de ‘Las Cien Doncellas’ se teje en torno a un período crucial de la historia española: la Reconquista. Se dice que durante este tiempo, algunos de los reyes que participaban en la Reconquista habían establecido un tributo peculiar para pagar a los moros. Este tributo consistía en entregarles a cien doncellas cada año, cincuenta de las cuales eran de origen noble y las otras cincuenta, plebeyas.
De acuerdo a la leyenda, un valeroso caballero de la casa de los Figueroas se enteró de que su amada estaba retenida en la Torre do Peito Burdelo y estaba destinada a ser parte del próximo tributo a ser entregado a los árabes. Con la ayuda de sus cuatro intrépidos hermanos, emprendió un heroico esfuerzo para liberarla.
En simultáneo, la población comenzó a rebelarse contra el tributo. En un acto de resistencia sorprendente y valiente, se cuenta que las doncellas elegidas de Simancas decidieron mutilar sus manos derechas, prefiriendo el dolor físico antes que convertirse en sirvientas de los moros.
La situación alcanzó un punto de inflexión durante el reinado de Ramiro I. La creciente insatisfacción entre sus súbditos y la presión de las circunstancias obligaron al rey a reconsiderar su política de tributos hacia los moros. Se dice que fue en este momento crítico cuando tuvo un sueño profético en el que se apareció el Apóstol Santiago. La aparición le urgió a tomar medidas drásticas y enfrentar a los moros para poner fin al tributo de las cien doncellas.
Impulsado por esta visión, el rey Ramiro I emprendió una campaña contra los moros, siguiendo su sueño premonitorio. Su victoria en esta guerra no solo marcó un hito en la Reconquista, sino que también puso fin a la antigua tradición del tributo de las cien doncellas.
En los años posteriores a esta victoria, se cambió el tributo exigido a los moros. En lugar de las cien doncellas, se les daría un pago conocido como «adras», que consistía en una medida de grano de alta calidad y otra de vino por cada par de bueyes.
La leyenda de las ‘Cien Doncellas’ se ha transmitido de generación en generación, representando no solo un capítulo de la historia, sino también el valor y la resistencia de las mujeres en tiempos de adversidad.
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