Eris la Diosa de la Discordia es tal y como por su nombre podrías imaginártela, una diosa a la que le gusta crear el caos haya por donde pasa. Desde confabular asesinatos, guerras entre reinos y ciudades, a causar desastres naturales que entierren la historia de pueblos enteros de la noche a la mañana.
Son cosas que no puede evitar ya que ella en realidad no es cruel, no es una cualquiera, aun menos una regalada. Solo es una chica que tiene un vicio: "Destruir".
Destruir todo lo que encuentra a su paso: amistades, relaciones, amores, parentescos, familias, nada escapa a su alcance.
Es el mal encarnado, la distancia, el engaño, la discusión.
Una Diosa ansiosa de destrucción y sufrimiento, peleas y discusiones, golpes y maldiciones.
Siempre ávida de matanzas.
Cuando algunos dioses o humanos puedan pensar que es pequeña e insignificante al no recibir tantos sacrificios como sus hermanos y otros compañeros dioses desata su ira y es incapaz de resistir el deleitarse con el tumulto de las guerras que causa y el aumento de los hombres que mueren gracias a ella.
Siendo insaciable en su derramamiento de sangre y como no al final de sus macabras obras después de que los demás dioses se retiren del campo de batalla o de los genocidios que comete de mil maneras diferentes, ella siempre con una sonrisa socarrona y ávida de dolor humano todavía sigue regocijándose por los estragos que ha causado.
Así es ella y no puede evitarlo, aunque además de sus viles planes también sin llegar a entender por qué siempre busca saciar su deseo carnal con los guerreros, ciudadanos o dioses a los que encandila para llenar ese vacío que alberga en su interior, debido al rechazo de la mayoría de los dioses hacia ella, cosa que en cierta manera le importa aunque le cueste reconocerlo delante de los demás.
Nunca forma parte de ningún bando en concreto, sino que va causando estragos de uno a otro dependiendo de sus intereses y de que guerrero quiera llevar a la cama.
Siguiente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu Comentario