Perseo le devuelve el ojo a las Grayas, por Johann Heinrich Füssli.
Las Grayas o Greas eran deidades preolímpicas, tres hermanas (algunas versiones cuentan dos) hijas de Forcis, uno de los aspectos del ‘anciano hombre del mar’ (halios geron), y Ceto, por lo que se cuentan entre los Fórcides (siendo a veces consideradas deidades marinas, personificaciones de la espuma del mar).
Las Grayas nacieron ya ancianas y con cabellos grises, aunque los poetas las designaban a veces eufemísticamente como «hermosas», y fueron haciéndose más y más viejas.
Sus nombres eran Dino (‘temor’, la anticipación del horror), Enio (‘horror’, la «Destructora de Ciudades» que tenía una identidad separada de sus hermanas) y Pefredo o Penfredo (‘alarma’).
Como otros conjuntos de viejas brujas de los niveles más antiguos de las mitologías germánicas y nórdicas, tenían un solo ojo y un único diente para todas, que compartían y usaban por turnos, durmiendo las dos a las que no les toca.
Vivían en una cueva situada muy lejos hacia el ocaso, en un lugar donde siempre era de noche.
Las Grayas pueden ser comparadas con las tres hilanderas del destino (las Moiras), las Nornas noreuropeas, o con la diosa báltica Laima y sus dos hermanas.
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