La Quimera es un ser monstruoso de origen oscuro, híbrido entre un león, un macho cabrío y un dragón.
La parte delantera es la de un león de color tostado y de gran tamaño.
La parte posterior es la de un enorme macho cabrío de color negro.
Tiene también unas gigantescas alas de dragón, que suelen ser negras o rojas.
Tiene 3 cabezas; una de dragón, otra de león y la tercera de macho cabrío.
Quimera, de Ciruelo Cabral.
La quimera puede comunicarse en el lenguaje mágico de los dragones, aunque no se para a hablar con criaturas a las que considera inferiores.
Tiene características de los seres de los que está compuesta.
Su hábitat dependerá de la parte dominante de la quimera ya que la parte de dragón tiene preferencia por vivir individualmente, pero su parte de león prefiere las manadas.
Normalmente se alimenta de la carne de los animales que caza pero, en época de escasez, sobrevive gracias a su cabeza de cabra, que puede alimentarse de hierbas en los prados.
Este ser es extremadamente peligroso durante un combate puesto que sus garras de león pueden desgarrar a cualquier hombre de un solo barrido.
Puede utilizar también la cabeza y los cuernos de cabra para morder y golpear.
Pero es su cabeza de dragón la más temida de las tres, sobre todo cuando lanza un cono de fuego.
Le gusta acumular tesoros, posiblemente por su parte de dragón, sin ningún otro fin que hacer montañas con ellos. Aprovecha las monedas de los hombres, elfos y demás humanoides a los que ataca y mata para formar sus montañas doradas y plateadas.
En la mitología griega, la figura de Quimera es destruida por el héroe Belerofonte cabalgando a lomos del corcel Pegaso.
Pegaso consiguió cansar y desesperar a la temida Quimera gracias a su mayor velocidad en el vuelo, lo que permitió a Belerofonte asestarle un golpe mortal con la punta de su lanza.
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