Entre los dioses primitivos de los romanos existían los Lares o dioses del hogar, los Penates o dioses de la despensa y por lo tanto de la riqueza familiar y eran representado por pequeñas figuritas vestidas con túnica corta y un cuerno y un plato en las manos.
También reconocían a Jano, el dios de las puertas, al que siempre se le representaba en la monedas, con dos caras, por lo de la entrada/salida.
Así se puede decir, en términos generales que los dioses romanos carecían de personalidad propia ya que hasta los mismo Lares eran especialmente oscuros.
Sus santuarios eran muy frecuentes en las casas, pero estas deidades no desempeñaban ninguna función en las narraciones míticas, tampoco se les asignaban nombres individuales e integraban un grupo indiferenciado, es por esto que para llegar a comprender el sentido de la religión y la mitología en Roma tenemos que comprender su pasado a partir de estos hechos: en primer lugar, si Roma se funda en el año 753 no olvidemos que durante todo el siglo VIII los griegos llegaban a las costas de Sicilia configurando lo que se conoció como Magna Grecia. Tampoco dejemos pasar el hecho de que los Dorios fundasen Siracusa en el año 734 y los Aqueos Metaponto, Crotona y Sibaris en el 734.
Es decir que Roma ya estaba fundada y las influencias de esos pueblos iban a ser decisivas. Y por otra parte, analizando la historia se deduce cual fue el espíritu romano: desde el punto de vista religioso muy comodo y, a su vez, exigente.
El romano se construye una religión a su gusto.
También el ingrediente de la exigencia se manifiesta en la expresión do ut des (te doy para que me des) que se traduce en la ofrenda a los Dioses al mismo tiempo que se les invoca se demanda o reclama la contraprestación.
En cabecera se ve a una Vestal pero su mano se eleva y al mismo tiempo que ofrece, también reclama.
Finalmente otro hecho del que hay que partir: la expansión imperialista romana le obligaba a entrar en contacto con todo tipo de pueblos.
Conocía a sus dioses; no los rechazó; incluso importó muchos de ellos cambiándoles el nombre como sucedió con los Dioses griegos.
Y algunos se preguntaran: si Roma era así ¿Por que no aceptó el Cristianismo?... Sencillamente porque el Cristianismo atentaba contra las bases económicas del Imperio, especialmente en lo relativo al tema de la esclavitud. Grecia influyó mucho con sus ideas y filosofía, y la cultura oriental también fue absorbida por Roma, y es por esto que la mitología de los romanos fue un complejo mosaico de creencias de los diferentes pueblos que conformaron su estructura social.
La religión romana se caracterizaba por ser politeísta y antropomórfica, es decir, creían en muchos dioses que representaban con apariencia humana. Generalmente, los dioses personificaban aspectos de la naturaleza.
Los romanos tenían dioses para todas las ocasiones de la vida, por ejemplo, Fabulino ayudaba a los niños a aprender a hablar y Estalino les enseñaba a caminar.
Dentro de la gran cantidad de dioses que adoraban se distinguían: los del culto privado o doméstico, como los Lares, que protegían la casa.
Vesta mantenía el fuego del hogar.
Los Manes, que representaban el alma de sus antepasados y los del culto público o nacional que eran adorados por todo el pueblo romano.
Muchas veces, los romanos adoptaban sus dioses, razón por la cual tenían tantos y tan diferentes. Cuando Roma tomó contacto con Grecia, recibió la influencia de la religión griega. Los dioses romanos adquirieron forma humana, y se hicieron populares las leyendas de sus aventuras. Al ser incorporados a Roma, los dioses cambiaron de nombre.
En la vida pública y privada de los romanos la religión tenía una gran importancia. Los romanos eran muy supersticiosos y para descubrir cuál era la voluntad de los dioses interpretaban el vuelo de los pájaros, se fijaban en la forma de las vísceras de los animales, etc.
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