Los Mandalas actúan equilibrando los chakras por medio de los colores y haciendo meditar el lado lógico de nuestro cerebro a través de las formas geométricas sagradas.
El Mandala enviará impulsos a la mente llegando a los receptores del cerebro donde se procesará y se obtendrá una reacción.
El meditar con Mandalas sana a nivel físico, psíquico y espiritual.
Es muy probable que experimentes la sensación de expansión de la conciencia.
También suele traer "recuerdos" que teníamos olvidados en el subconsciente, como por ejemplo, traumas de la infancia.
Permitiendo que afrontemos tales hechos, sacando las "trabas" de nuestra mente y superando así todas nuestras limitaciones.
Un Mandala siempre va a ser positivo independientemente de su color, pero resulta doblemente útil, cuando ya hemos localizado un problema en alguno de los chakras y queremos atacarlo.
Entonces, podríamos ayudarnos eligiendo algún color determinado, lo cual actuaría acelerando el proceso de curación.
Si se necesita ayuda para exteriorizar las emociones, debe colorearse de adentro hacia fuera; si se desea buscar el propio centro, se pintará de afuera hacia adentro.
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