Los Mandalas son útiles para la concentración, la atención, activación de la energía positiva, energetización de lugares, meditación profunda para elevar el nivel de conciencia, expander la capacidad de la mente y la memoria.
Dentro de una casa mejora la captación de energía y crea un ambiente de armonía y balance, también nos sirve para transmutar la energía negativa en positiva.
Para la salud, nos protegerá de las energías negativas del entorno..
Los mandalas pueden ayudarte en el equilibrio de los chakras, en ese caso habrá que elegir el color adecuado dependiendo de la cualidad que se quiere trabajar.
El mandala enviará impulsos a la mente interna llegando a los receptores del cerebro en donde se procesará y se obtendrá una reacción.
Nos ayuda a relajarnos y a encontrar la paz en medio de las dificultades, en un mundo tan complejo y conflictivo en el que muchas veces nos vemos instalados.
Mandala y Meditación
En términos religiosos, el mandala representa el área sagrada dentro de la que pueden surgir experiencias espirituales.
La experiencia de realizar un viaje espiritual en un lugar sagrado forma parte de una de las principales concepciones religiosas del budismo.
Así el mandala es un símbolo de crecimiento espiritual cuyo punto central es la mente. La relación que se establece a través de la contemplación de la geometría del mandala incita a un estado de meditación que ayuda a explorar los rincones de la psique.
Las mandales se describen como diagramas del cosmos en un sentido externo y en un sentido interno como guías hacia prácticas de meditación.
En los escritos sagrados del Tibet se dice que durante la meditación uno debe contemplarse a sí mismo y a todas las cosas como un mandala sagrado.
La persona que está meditando tiene que situarse en el centro del mandala pensando que es como el buda y que se relaciona integralmente con el intrincado diseño del Universo.
Se puede ver a estas imágenes como un diagrama cósmico que nos recuerda nuestra relación con el infinito, que el mundo se extiende más allá de nuestros cuerpos y mentes. Las cuatro puertas que rodean el mandala significan la habilidad de la espiritualidad para desplegarse desde el sitio sagrado hacia otros tiempos y espacios. Los mandalas simbolizan realidades materiales e inmateriales en todos los aspectos de la vida: los círculos celestiales que llamamos Tierra, Sol y Luna, así como círculos de amigos, familia y comunidad.
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