En el folclore alemán existía la creencia de que los duendes eran aquellos bromistas dañinos que podían causar enfermedades a los ganados y a la gente, además de provocar pesadillas a los durmientes.
La palabra alemana para un “mal sueño” es “Albtraum”, que significa “sueño del duende”.
Por otra parte, la forma arcaica Albdruck quiere decir la “presión del duende”.
Por aquel entonces se creía que las pesadillas eran la consecuencia de que una de esas criaturas se sentara sobre la cabeza del durmiente.
Este aspecto de la creencia alemana en los duendes corresponde en gran parte a la superstición escandinava sobre el “mara”.
Es también similar a las leyendas relacionadas con los demonios incubus y sucubus.
En otras historias, el rey duende aparece de tanto en tanto rodeado de su séquito de elfos.
Por lo general, se presenta entre las mujeres de Dinamarca y de Suecia.
En la gran epopeya alemana de la Edad Media -el Nibelungenlied- un enano llamado Alberich juega un papel importante. “Alberich” se traduce literalmente como “duende soberano”, que más tarde evolucionará hasta significar “duende-enano”.
Esta modificación ya se observa en las tempranas Eddas.
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