Esta estirpe de geniecillos está extendida en torno a las costas mediterráneas.
Se cree que, originariamente, los follets vivían en populosas y hermosas ciudades construidas debajo de los dólmenes, aprovechando su poder y energía.
Posteriormente con la decadencia de estas ciudades élficas comenzaron su acercamiento a los humanos.
Alegres y divertidos, no conocen dueño y se lo pasan bien molestando a las mujeres mientras hilan, dañando los utensilios de las casas y esparciendo objetos por el suelo. Tienen especial inclinación por el sexo femenino y son bastante descarados delante de las mujeres.
Existe la posibilidad de que cambien su forma de actuar y, dejando de ser unos traviesos se conviertan en eficaces y hábiles trabajadores del hogar.
Para ello deberemos soportar con paciencia sus travesuras y hacernos amigos suyos. Ponlo en cualquier rincón de tu casa y la protegerá.
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