Origen
El origen de las brujas se remonta a las primeras eras de la humanidad, son aquellas mujeres que aprendieron de la naturaleza, y tienen el “don” para manipularla.
Las guían sus propios deseos y acciones, raras veces las motiva ayudar a los demás.
El origen del “don” se encuentra al igual que con los brujos en relaciones de hombres o mujeres con seres de otras esferas, (dioses, diosas, ángeles, demonios, genios, hadas) es por ello que se les tiene miedo, ya que su presencia implica muchas veces la cercanía del progenitor mágico.
En algunas culturas cuando nacían mujeres pelirrojas, o el saco vitelino que envuelve a los niños no se ha roto al ocurrir el parto, eran signo de que se trataba de mujeres con el “don”, esto es, futuras brujas.
Funciones
Las brujas son muchas veces acusadas de perseguir a héroe o la heroína; sin embargo son seres mucho más complejos que eso.
Su papel en el cuento de hadas puede variar, suelen vivir solas o en tríos, otra vez en recuerdo de las tres hiladoras que tejen y destejen el hado de los hombres y dioses.
Un primer papel, similar al de las hadas, es que predicen el destino del héroe; ejemplo de este grupo tenemos a las tres brujas que se le aparece a Macbeth y le predicen su ascenso y caída, en la tragedia del mismo nombre de W. Shakespeare o cuando las Erinias (viejas canivales que compartían un único ojo y un único diente) le explican a Perseo como vencer a Medusa, para que les devuelva su ojo, o el Hada mala de la bella durmiente que le decreta la muerte a la recién nacida.
Un segundo grupo son aquellas mujeres que por edad ya no son actas para tener hijos, por ello se pueden dedicar a mezclar pociones y ser parteras; tienen también una posición variable en la historia, pueden hacer el papel de alcahuetas en el cuento, pero tratan en todo caso de salvarse ellas primero; destaca en este ejemplo “Celestina” del español Fernando Rojas; pero en este grupo podemos encontrar también a la bruja de Blancanieves con sus venenos y pociones de transformación.
Este grupo explica la iconografía tradicional de las brujas, como viejas mujeres ancianas y repulsivas.
La tercera bruja, y quizás la más peligrosa si es un enemigo, es la hechicera; aquella que no se limita a pociones sino que tiene poderes sobrenaturales con los que puede controlar los elementos, la Circe de Ulises es el ejemplo de este tipo; son restos de lo que alguna vez fue una diosa del invierno de algún panteón hoy desaparecido. A estas brujas se les asocia la capacidad de volar sobre escobas.
Dentro de la literatura rusa se destaca la gran “Baba-Yagá“, que es quizás la bruja más famosa de todas, y que a diferencia de sus compañeras volaba por los cielos en un caldero y su cucharón, como si se tratara de un bote de remos y vivía en una casa que tenía patas de gallo y que nunca mostraba la entrada a los que se cruzaban en su camino,
En Escocia, destaca la tuerta y caníbal “Annis la negra” y se la distingue de otras ancianas por su piel azul y su único ojo penetrante.
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