Las figuras búdicas representan a los factores de la naturaleza búdica durante fases refinadas o “puras”, cuando sucesiones de momentos de total entendimiento acompañan a sus continuidades.
Como las figuras búdicas tienen cuerpos, comunicación, mentes, buenas cualidades y acciones que trabajan juntos como una red integrada, son apropiadas para representar a dichos factores de la naturaleza búdica.
Más aun, a menudo las figuras tienen múltiples caras, brazos y piernas. El conjunto de caras y miembros representan temas del sutra, muchos de los cuales están también entre los factores de la naturaleza búdica.
Los practicantes del tantra utilizan a las figuras en meditación para extender el proceso de purificación.
El término sánscrito para figuras búdicas, ishtadevata, significa: deidades escogidas, es decir, escogidas para practicar para convertirse en un Buda.
Son “deidades” en el sentido de que sus habilidades trascienden aquellas de los seres ordinarios, sin embargo, ni controlan las vidas de la gente, ni requieren ser adoradas.
Por lo que los académicos tibetanos tradujeron el término como lhagpay lha (lhag-pa’i lha), deidades especiales, para diferenciarlas de los dioses mundanos o de Dios, el creador.
El equivalente tibetano más común, yidam (yi-dam), denota la intención del significado más claramente.
Yi significa mente y dam viene de damtsig (dam-tshig, sct. s amaya), una unión cercana o estrecha.
Los practicantes del tantra se funden con figuras búdicas masculinas y femeninas, tales como las de Avalokiteshvara y Tara, imaginándose a sí mismos como teniendo las facetas iluminadoras de apariencia física, comunicación, funcionamiento mental, buenas cualidades y actividades de dichas figuras.
Más precisamente, mientras las continuidades de los factores de su naturaleza búdica están todavía parcialmente refinadas como tantras del sendero, los practicantes las funden o las entretejen con continuidades de los factores imaginados como las facetas totalmente refinadas de las figuras búdicas.
Aun cuando los practicantes han obtenido sólo un entendimiento incompleto de cómo existen las cosas, utilizan el método general del tantra para deshacerse de las manchas transitorias de períodos de confusión y sus hábitos, de las interminables continuidades de los factores de la naturaleza búdica, imaginando que sus factores parcialmente refinados funcionan como si fueran las facetas totalmente refinadas de la figura búdica.
En resumen, los factores de la naturaleza búdica son los mismos factores ya sea que funcionen como el tantra de la base, del sendero o del resultado.
El continuum mental siempre manifiesta alguna forma de apariencia física, comunicación de algo y funcionamiento mental; así como algún nivel de funcionamiento de buenas cualidades y alguna actividad.
La única diferencia es hasta dónde las sucesiones de momentos de diferentes niveles de confusión y sus hábitos acompañan a las continuidades de los factores y limitan su funcionamiento.
De acuerdo a las presentaciones nyingma y kagyu, entonces, el tema sustantivo del tantra es el entretejido de las condiciones de las continuidades interminables de los factores de la naturaleza búdica de la base, del sendero y del resultado; para tejer un método para alcanzar la iluminación.
Específicamente, el tantra tiene que ver con métodos para trabajar con períodos de los factores de la naturaleza búdica como tantras del sendero, para purificar sucesiones de factores como tantras de la base, para que ulteriormente funcionen como las continuidades interminables de los tantras resultantes.
La práctica del tantra efectúa esta transformación al unir continuidades de factores de la naturaleza búdica sin refinar, con sucesiones de momentos de su situación refinada, como los representados por las facetas iluminadoras de las figuras búdicas.
La Presentación Sakya
Esta presentación dilucida la relación entre las figuras búdicas y los seres cotidianos, que permite la unión de las facetas correspondientes de los dos en la práctica del tantra.
Un tema exclusivo del más alto tantra es el continuum de luz clara (la luz clara de la mente), el nivel más sutil del continuum mental de cada quien.
Todos los continuum mentales tienen niveles de luz clara de experimentar, los cuales, como la naturaleza búdica fundamental, proveen al continuum la continuidad interminable más profunda.
Los niveles más burdos de experimentar, tales como en los que ocurren la percepción sensorial y el pensamiento conceptual, de hecho no continúan sin interrupción entre una vida y la siguiente.
Más aun, cesan para siempre con la obtención de la iluminación.
Sólo las sucesiones de los niveles de luz clara continúan sin interrupción, aun después de convertirse en Buda.
Si hacemos una analogía de los individuos con un radio, entonces los niveles más burdos de su continuum mental son similares al radio sintonizando diferentes estaciones, mientras que los niveles de luz clara serían como el radio simplemente encendido.
Sin embargo, la analogía no es exacta. Los radios pueden dejar de sonar, mientras que el flujo de los continuum mentales nunca cesa.
Sin importar el nivel en que esto ocurra, la sola experiencia individual y subjetiva de las cosas, implica dar surgimiento a las apariencias de las cosas (claridad) y a involucrarse mentalmente con ellas (darse cuenta).
En otras palabras, uno no percibe objetos externos directamente, sino simples apariencias o representaciones mentales de los mismos que surgen como parte del acto de percibir. Aquí, las apariencias incluyen no sólo la visión de las cosas, también sus sonidos, olores, sabores y sensaciones físicas, y también pensamientos acerca de ellos.
La ciencia occidental describe el mismo punto desde una perspectiva física.
Al percibir cosas, de hecho uno no percibe objetos externos, sino sólo complejos de impulsos electroquímicos que representan a las cosas en el sistema nervioso y en el cerebro.
Aunque todos los niveles de experimentar cosas implican el surgimiento de sus apariencias, el continuum de luz clara es la verdadera fuente que da surgimiento a todas las apariencias.
Involucrarse mentalmente con las apariencias significa: verlas, oírlas, olerlas, saborearlas, tener una sensación física de ellas, por pensarlas, o por sentir algo emocionalmente acerca de ellas.
El involucramiento mental, puede ser subliminal o hasta inconsciente.
Más aun, dar surgimiento a las apariencias de las cosas e involucrarse mentalmente con ellas son dos maneras de describir el mismo fenómeno.
El surgimiento de un pensamiento y el pensar en él son de hecho el mismo evento mental. Un pensamiento no surge y luego uno lo piensa; las dos acciones mentales ocurren simultáneamente porque describen el mismo evento.
La discusión sakya del tantra se enfoca en un factor específico de la naturaleza búdica, la sucesión interminable de momentos del continuum de luz clara, en su actividad innata de dar surgimiento a apariencias por sí misma.
La creación de apariencias es automática e inconciente, no es deliberada.
Uno puede ver algo deliberadamente; pero al verlo, el continuum de luz clara no construye deliberadamente una apariencia de ello.
Más aun, las apariencias que surgen del continuum de luz clara, pueden ser de la base física del continuum, del cuerpo, o de cualquier otro objeto que percibe.
Aquí, el punto principal es que la creación de apariencias ocurre inseparablemente a dos niveles: burdo y sutil. Inseparablemente (yermey, dbyer-med) significa que si un nivel ocurre validamente, el otro nivel ocurre validamente también.
En este contexto, apariencias burdas son de los seres cotidianos y sus ambientes; las apariencias sutiles son de las figuras búdicas y sus entornos.
Los seres cotidianos y las figuras búdicas son como niveles cuánticos de los continuum de luz clara.
Las partículas subatómicas tienen distintos niveles cuánticos de energía ante los cuales resuenan de forma igualmente válida.
En todo momento, el nivel en el que está resonando una partícula es una función de probabilidad: no se puede asegurar que tal partícula esté resonando sólo a un nivel y no a otro.
De hecho, de acuerdo a la mecánica cuántica, una partícula puede resonar a varios niveles simultáneamente. De igual manera, ya que el nivel en el que está apareciendo el continuum de luz clara en todo momento, es una función de probabilidad, no se puede decir que un individuo tiene sólo una apariencia y no otra, en un momento particular.
La continuidad interminable de actividad mental que produce este par de apariencias innatamente unidas, puede ser no refinado, parcialmente refinado o totalmente refinado, dependiendo de las sucesiones de momentos de confusión y los hábitos que los acompañan.
El proceso mediante el cual la continuidad de la práctica con figuras búdicas purifica este factor de la naturaleza búdica para que produzca una sucesión interminable de apariencias completamente libres de los períodos acompañantes de confusión y sus hábitos, es el tema principal del tantra tal como se ve en la escuela sakya.
La Explicación Gelug
La tradición gelug sigue, Apéndice del tantra de Guhyasamaja para explicar el significado del tantra como una continuidad interminable.
El principal aspecto de la naturaleza búdica que se enfatiza aquí, es la vacuidad (vacío) del continuum mental, su ausencia de existencia en formas imposibles.
Los continuum mentales no existen inherentemente impuros o con defectos por naturaleza.
Nunca han existido ni existirán así.
Ninguna continuidad interminable de características innatas los acompaña para que, por su propio poder, existan de esa manera imposible.
Como esta ausencia total es siempre el caso, cuando los practicantes entienden completamente este hecho, pueden lograr que sus continuum mentales dejen de estar acompañados por continuidades de confusión y sus hábitos, para que los factores de su naturaleza búdica puedan funcionar plenamente como las facetas iluminadoras de un Buda.
Ya que los continuum mentales permanecen existiendo como continuidades interminables, su vacuidad sigue siendo un hecho siempre, permitiendo la purificación y la transformación.
Los métodos de purificación se refieren a niveles de práctica con figuras búdicas.
A diferencia de la gente ordinaria, las figuras búdicas no se desarrollan a partir de fetos, no envejecen ni mueren.
Como siempre están disponibles en la misma forma, meditar con ellos puede formar una continuidad interminable.
El resultado del proceso de purificación es la continuidad interminable de la budeidad.
En resumen, a través de una continuidad interminable de la práctica de meditación de unirse con figuras búdicas, los practicantes del tantra obtienen la continuidad interminable de la budeidad, basados en el hecho interminable de la vacuidad de sus continuum mentales.
Ya que la práctica del tantra implica producir apariencias de uno mismo como una figura búdica, lo que se parece al estado resultante de la iluminación, el tantra es llamado el vehículo resultante.
Resumen
El tema principal del tantra concierne a continuidades ininterrumpidas, conectadas con el continuum mental.
Las continuidades incluyen factores de la naturaleza búdica, tales como: buenas cualidades, un cierto nivel de luz clara para experimentar cosas, su actividad de producir auto-apariencias, y su vacuidad.
Las continuidades también incluyen figuras búdicas y el estado iluminado.
Las cuatro tradiciones del budismo tibetano explican varias formas en las cuales las sucesiones de momentos de estas continuidades interminables se entretejen como la base, el sendero y el resultado.
Comparten la característica de que el tantra involucra un sendero de práctica con figuras búdicas para purificar la base y poder alcanzar la iluminación como resultado.
También están de acuerdo en que las características físicas de las figuras búdicas sirven como representaciones multivalentes, y proveen los hilos para entretejer los varios temas de la práctica del sutra.
El término tantra se refiere al tema de este entretejido tan intrincado y los textos que lo abordan.
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