Existen diversos caminos para acceder a la Última Realidad de Todo.
Son, prácticamente, innumerables: la ascesis, la contemplación, la vía del poder, la del discernimiento, de la acción consciente y desinteresada, la del amor y la devoción, la de los psicodélicos, la del rito y lo mistérico, la del trance místico, de la danza y la música, de la sexualidad sacralizada.
Con respecto a la vía sexual, el buscador puede adoptar diversas actitudes: la completa renuncia, llevar una vida sexual estándar o transformar toda esa energía al servicio de la realidad superior, aprovechar la relación sexual como medio de elevación.
La ceremonia sexual sacra tiende a homologar la cópula cósmica y conseguir a través de ello una cosmización y una reintegración de los opuestos.
Entre ellos, mencionamos la ceremonia del Chakra Puja y la de Maithuna.
Chakra Puja y los Cinco Makaras
La Chakra Puja o ascesis de dieciséis, la adoración en círculo es, junto a los cinco makaras, el rito esencial del Tantra.
De una impresionante densidad simbólica y concreta resume lo esencial del culto y el pensamiento tántricos.
Esta ceremonia se celebra en un lugar secreto (un templo abandonado, una caverna en la montaña, un lugar aislado de un bosque, la casa de un adepto), la noche propicia; allí, 8 varones y 8 mujeres se reúnen (la práctica grupal busca suspender la identificación con el ego y participa de un lazo sutil que se establece entre los participantes que es el del goce común, integrándose a la supra-mente).
A veces, se sacrifica un animal antes de comenzar y su sangre es derramada sobre el yantra dibujado. Este animal ha sido largamente preparado e incluso se le dice un mantra salvador al oído antes de matarlo.
A la entrada, los adoradores toman al azar una vestimenta o una joya de una caja; su propietaria será su compañera en el rito, método este usado para superar la relación hombre-mujer.
Antes de comenzar la ceremonia, las parejas nacidas al azar son casadas. Este matrimonio puede ser de dos clases: uno dura solamente el tiempo de duración de la ceremonia y otro dura toda la vida.
El adepto pide a los otros que autoricen ese matrimonio Shambu (otro nombre de Shiva), la mujer lo acepta como esposo, presentándole flores y arroz descascarado y él pone sus manos sobre las de ella. A continuación, la pareja pronuncia el mantra secreto mientras es rociada con agua perfumada por el acharya (gurú) que dirige la puja; luego los tántricos los bendicen.
Esto se repite con cada pareja participante
Luego, ritualmente, dispuestos en círculo, beberán juntos vino (madya), comerán carne (mamsa), pescado (matsya) y cereales (mudra), tras la traza, por parte del adorador, de un diagrama y la repetición de las oraciones.
En este ágape colectivo de consumo de los cinco makaras, se sacralizan y cosmizan esas sustancias usadas (que implican los dos poderes últimos: quitar la vida y perpetuarla).
El adepto medita acerca de ella en cuanto Prakriti (naturaleza) y sobre sí mismo, identificándose con el Dios.
Luego ofrece plegarias y procede a la inspiración de cada miembro con la imagen de una diosa o grupo de divinidades.
Adora cada parte de su compañera y, por medio de los encantamientos, aloja un hada en cada parte de su cuerpo y de sus miembros, incluido su yoni.
Entonces le ofrece la carne, el pescado y el vino; la hace comer y beber y luego él come lo que ella ha dejado. Tras esto, la desviste y se desviste él también.
Recomienza a adorar cada parte de su cuerpo y, finalmente, adora a su “círculo de fuego”, o sea su yoni, con lenguaje reverente pero con gestos impúdicos y, luego, se une a ella.
Al comienzo, la unión se hace en inmovilidad; sólo está autorizado el lenguaje secreto.
Se exige de todos los Shivas el control de la eyaculación.
Luego, se permiten los movimientos y se acepta sin restricción el orgasmo de las Shaktis pero a condición de no provocar la eyaculación en los Shivas.
Estos orgasmos se sentirán cada vez más cerca en todo el círculo, subiendo cada vez más la tensión sexual y provocando reacciones en cadena en el grupo.
Cuando llega el momento propicio, a una señal del oficiante o bien imitando su ejemplo si él se une a su shakti en el centro, las Shaktis se acuestan de espaldas, con la cabeza hacia el centro y las piernas dobladas.
Cada Shiva pone sus piernas estiradas bajo las rodillas de Shakti, tomando así la posición en X; colocando cada uno las manos en las piernas del otro, creando así un punto de intercambio. Todavía no hay contacto genital; hasta que Shakti se desliza progresivamente hacia Shiva y la parte alta del lingam erecto se coloca en sentido longitudinal contra la vulva. No hay todavía penetración.
Aunque el ritual varía de una región a otra, los elementos esenciales se conservan: el círculo, el centro del círculo (donde hay una pareja sentada uno al lado del otro), la azarosa formación de parejas, el maithuna y la identidad de cada adepto con la Shakti o el Shiva cósmicos. En el círculo mágico, las parejas se disuelven durante la duración de la puja.
Cabe también aclarar el simbolismo de los 5 makaras: comiendo mudra (grano) el hombre retorna a la Tierra Madre; comiendo pescado, el tántrico se une simbólicamente al elemento agua, fuente de vida; comiendo carne, el adepto se une a todo lo que vive en el aire, la vida animal; el vino es el elemento fuego.
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