Padmasambhava ‘El Nacido del Loto’, fue un sabio guru de que transmitió el Budismo Vajrayana a Bután y Tíbet y los países vecinos en el siglo VIII.
En esas tierras es más conocido como Guru Rinpoche ("precioso Guru") o Lopon Rinpoche, o en el Tíbet, simplemente, Padum, donde los seguidores de la escuela Nyingma le consideran el segundo Buda.
Él dijo:
"Mi padre es la conciencia intrínseca, Samantabhadra.
Mi madre es lo la realidad definitiva, Samantabhadri.
Pertenezco a la casta de la esfera de la conciencia de la no dualidad.
Mi nombre es ‘El Glorioso Nacido de Loto.’
Soy de la esfera no-nata de todos los fenómenos.
Consumo conceptos de dualidad como mi dieta.
Actúo en el camino de los Budas de los tres tiempos".
El Tíbet anterior a la llegada de las enseñanzas de Buda era un controvertido pueblo religioso practicante del Bonísmo y el Gcug -religiones chamánicas- sumido en terribles guerras, calamidades, y prácticas mágicas y esotéricas.
El emperador del Tíbet, Trisong Detsen, reclamó la presencia del gran maestro Padma Sambhava, Guru Rinpoché, que llegó al Tíbet y lo pacificó rápidamente, subyugando a todas las fuerzas del mal y haciendo reinar la armonía.
El legado del Buda Shakyamuni y la intervención de Padma Sambhava, generaron un cambio existencial en la manera de ser y vivir de los tibetanos, que comenzaron una andadura en el camino del trabajo introspectivo y en la búsqueda del conocimiento del ser supremo que todos llevamos dentro.
En el siglo VIII de nuestra era, el budismo indio era como un océano, lleno de enseñanzas y prácticas, escrituras, tecnologías e instituciones que habían proliferado durante más de mil años en respuesta a las necesidades de muchos pueblos diferentes del sub-continente indio.
De este contexto procede el gran Guru Rinpoché.
Oriundo del país de Oddiyana, al noroeste de la India, su venida había sido anunciada por el propio Buda Shakyamuni que expresó que él regresaría en la forma de Buda Padmasambhava y que brindaría más enseñanzas sobre el tantra Vajrayana.
Apareció una noche en las aguas del lago Dhanakosha, sobre un loto gigante enmarcado en un arco iris imposible que nació de un rayo de luz infinita.
En aquel país reinaba por entonces el anciano Indrabhuti, ciego y sin descendencia, quien esa misma noche se vio en sueños igualmente iluminado por una luz intensa y extraña, portando en la mano derecha un rayo de oro.
A la mañana siguiente, un sacerdote llamado Trikna Shin, le informó de la aparición en el lago de la “luz que ilumina los tres mundos”. El rey se dirigió sin perder un segundo hacia sus aguas, seguido por la corte en pleno.
Al borde del lago, frente al niño iluminado por la luz más verdadera, el anciano rey recuperó la vista, mientras el niño proclamaba:
El rey lo adoptó y le puso el nombre de Sarouha Vajra (rayo que surge del lago), educándolo como si se tratara del hijo que nunca tuvo.
Pasados los años, el joven se desposó con una princesa llamada Vashadara, pero el matrimonio terminó cuando Padma Sambhava sintió la ineludible llamada de su destino y decidió retirarse del mundo.
Así pasó muchos años recorriendo países y monasterios, estudiando los textos búdicos y enfrentándose en los cementerios a dioses y diablos para entrenar su poder.
Así fue como recibió de las doce Tanmas –Diosas de los conocimientos ocultos en la tradición dakkini- la Ciencia Secreta y la Adivinación.
Fue en el país de Cachemira donde le dieron el nombre de Padma Sambhava, aunque también fue conocido por muchos nombres.
El rey de Lahore, consiguió que se casara con su hija Mandamara. Pero el poder mundano arrastra resentimiento y envidias y un día su casa apareció envuelta en llamas. Asombrosamente, Padma Sambhava surgió de entre el fuego en la posición de loto, meditando, sin sufrir el menor daño.
Las llamas, sin embargo, se cebaron en sus enemigos.
Fue su primer milagro.
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