2 de junio de 2011

IX - EL ERMITAÑO - MEDITACION - ARCANOS MAYORES -

 Te contamos cuando elegir al Arcano El Ermitaño, para meditar con el tarot, el ambiente, los materiales, el ritual y todos los pasos necesarios para la meditación.
Si todo en tu mundo está tranquilo y buscas desarrollo y evolución personal elije El Ermitaño (Arcano IX).
Cuando todo está tranquilo en tu vida. Cuando parece que nada necesitas.
Cuando sientes que tienes tiempo y deseo de crecer un poco más desde tu interior…es buen momento para iniciar una meditación en compañía de El Ermitaño, recorre junto a él tu camino hacia la espiritualidad.

Tarea para los tres días previos a la primera meditación
Convoca al Arcano IX, El Ermitaño a tu tranquila vida de hoy.
Separa la carta del mazo y guarda prolijamente el resto.
Obsérvala con cuidado. Memoriza cada unos de sus detalles, formas, colores, imágenes, los pocos elementos que contiene.
Siente su vibración energética.


Cada noche, completa la bañera con agua tibia y vuelca en ella tres grandes puñados de sal gorda y siete gotas de aceite esencial de vainilla.
Sumérgete durante un buen rato y cuando te levantes, dúchate y al final sacude todo tu cuerpo (imita a los perros cuando se mojan), para descargar las malas vibras.
(En caso de que no tengas bañera, prepara un cazo grande con agua tibia, vuelca la sal y los aromas y al final de tu baño cotidiano vuélcalo sobre tu cuerpo desde la cabeza hacia abajo. Enjuaga y sacúdete).

Prepara el ambiente para tu meditación
Lo ideal es que comiences el primer día de la Luna Luna y que repitas tus meditaciones por siete días o múltiplos de siete.
Dispone de por lo menos 30 a 60 minutos de tu día en los que puedas estar en soledad y paz. Desconecta el teléfono y el móvil.
Realiza tu baño de purificación como te cuento más arriba.
Elije el lugar donde realizarás la meditación y prepara cerca de ti una mesa con:
Un vaso o bol de vidrio transparente muy limpio lleno de agua a tu derecha.
Un hornillo con carbón encendido y un Cono con aroma a Incienso para ayudar en tu viaje dentro de ti mismo. O espolvorea sobre él incienso en escamas, al lado.


Porta velas con una vela de color Verde y otra de color Azul, también a tu izquierda.
El Arcano de El Ermitaño, en un lugar donde puedas verle con comodidad.
Una silla cómoda.
Música suave que te agrade.
Siéntate y acomoda tu cuerpo en la silla.
La espalda recta, las piernas y los pies juntos y descalzos apoyados en el piso.
Con un postura relajada y atenta.
Fija la mirada en El Ermitaño e inspira el aire por la nariz mientras lo ves ingresar a tu cuerpo en forma de luz azul. (Paz)
Cuenta lentamente….1…..2……3…..4…
Exhala el aire por la boca más lento aún, viendo como sale de tu cuerpo en forma de luz roja. (Enojos).


Cuenta lentamente….1….2….3….4…5….6…7…8….

Repite por lo menos tres veces.
En este momento sentirás como tu cuerpo se siente pesado en la silla, estarás relajado y tranquilo.
Fija la vista en el Arcano IX, El Ermitaño.
Visualiza un largo camino de color verde azulado.
Intérnate en él y recórrelo con tranquilidad.
Es un bello paisaje muy verde, cortado solo por el azul profundo del cielo del atardecer. Al fondo una montaña enorme te llama.
Sabes por pura intuición que deberás escalarla para encontrar lo que estás buscando.
Llegas casi cuando ha oscurecido. La mole se levanta recta frente a ti. Te das vuelta con el ánimo de desandar el camino. Pero la inquietud de tu espíritu no te permite desistir. Y escalas.
Cada paso hacia arriba es un dolor nuevo. El esfuerzo y el frío te cortan el aliento.
A mitad de camino desistes. Y en ese momento ves en la cima una luz muy débil que consuela tu corazón.
Sigues hacia arriba, sigues guiado sólo por la luz.
Exhausto te desplomas al llegar. Una mano muy suave y llena de arrugas te acaricia el pelo. Y entonces ves que la luz guía proviene de un pequeño candil con el que un anciano te ha estado iluminando.
Te abrazas a él con mucha fuerza y lloran juntos.
Te entrega el candil y puedes ver que te ilumina sólo a ti.
Por primera vez después de atravesar las dificultades y superar los dolores has descubierto que dentro de ti hay una luz de sabiduría que desconocías.
Te miras las manos y el cuerpo y te visualizas muy anciano. Acaricias tu larga barba blanca y el regocijo te inunda.
Acabas de descubrir el gran secreto del hombre: la luz de la sabiduría está en cada uno de nosotros.
Y te has atrevido a encontrarla.
Descansa.
Disfruta.
Paladea.
La vida se abrió en su verdadero valor para ti. Lee y aprende del libro de tu vida.
Cuando sientas satisfecha tu sed de saber y aprender de ti mismo, respira profundo y vuelve a mirar.
El Ermitaño está de nuevo frente a ti con su mirada bondadosa. Renovando el aceite del candil para iluminar al próximo peregrino que busque su saber.
Abrázalo con Amor. Dale las gracias y despídete.
El camino de regreso es tranquilo y sencillo. Verde de la tierra y azul del cielo.
A tu espalda la lucecita del yo renovado te acompaña.
Sal del Arcano mientras vuelves a inspirar y exhalar tres veces muy lentamente.
Comienza a moverte en la silla y a desperezarte.


Abre los ojos.


Descansa unos minutos más.
Deja que el sahumerio y las velas se consuman totalmente.
Cuando todo esté frío, guárdalo en un sobre de papel blanco que tendrás destinado para esto. Guarda todos los restos durante los siete días.
Tira el agua por el retrete (no en otro lugar) y haz correr el agua varias veces.

Ritual de agradecimiento
Cuando hayas terminado tu proceso de meditación con El , puedes si así lo deseas realizar un simple ritual de agradecimiento, que comenzarás a preparar tres días antes de finalizar.

Preparación de los elementos
Dispondrás de los siguientes elementos para el ritual de gratitud:
1 vela azul
1 vela verde
1 vela de miel
1 plato blanco
1 hoja de papel sin líneas y 1 lápiz
1 botella pequeña de agua bendita
3 granitos de sal gorda
1 Amuleto
1 vaso de vidrio transparente con un poco de la bebida que más te guste (agua; vino; manzanilla; cerveza; la que te de placer beber)
7 gotas de aceite esencial de vainilla.
1 hornillo con carboncillo encendido.
Cuando te falten tres días para finalizar el período de meditaciones, coloca los 3 granitos de sal a macerar dentro de la botella de agua bendita y resérvala en lugar que solo tú conozcas.

Una vez terminado el período de meditaciones
Pon sobre la mesa el plato blanco y coloca sobre él las 3 velas formando un triángulo. En la hoja de papel totalmente lisa, sin líneas y usando el lápiz, escribe en detalle las cosas que has encontrado dentro de ti mismo con cada meditación. No te olvides de nada.
Una vez terminado, dobla la hoja a la mitad y de nuevo a la mitad formando un cuadrado de papel con el texto hacia adentro. Colócalo debajo del plato.
Pon alrededor del plato: el hornillo con el aceite esencial a la derecha; a la izquierda el vasito con la bebida y al centro el Amuleto. Por encima, presidiendo todo el Arcano
.
Enciende las velas. Reza una oración a tu modo y a tu Dios.
Cuando las velas estén a punto de consumirse definitivamente, quema en su llama el papel.
Junta todas las cenizas y el resto de las velas apagadas y frías, en el sobre blanco donde fuiste guardando todo durante la meditación.
Bebe el contenido del vaso a tu salud y a la de tu maestro.
Agita muy bien el frasquito de agua bendita y salpica con 7 gotas al Amuleto. Ponlo entre las cosas que usas habitualmente o mejor, en contacto con tu piel.
Toma el sobre con los restos, ciérralo. Busca un parque cercano y bajo un árbol, entiérralo.


Fuentes Consultadas
Tarotistas.es

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