28 de junio de 2017

Los Nueve Reinos o Mundos del Yggdrasil - Mitologia Nordica -


Para los nórdicos, el mundo del hombre era nada más una rama del gran Yggdrasil, el fresno del mundo. 

Nueve mundos posee Yggdrasil, y por ellos pasó Odín antes de obtener el secreto de las runas. 

El árbol se divide en tres partes. Niflheim, Midgard y Asgard (raíz, tronco y copa, respectivamente), se puede notar en esto la representación del ciclo de nacimiento, vida y muerte que ya se siente en las nornas.

Las raíces son tres. 

La primera se dirige hacia la Fuente de Hvergelmir.

La segunda a la fuente de Mimir.

La última a la Casa de las Nornas, el Destino.

Los mundos son los siguientes por orden ascendente:

- Helheim, el Reino de los muertos.

-  Svartálfaheim, el Reino de los elfos oscuros

- Niflheim, el Reino de las nieblas y el terror.

- Jötunheim, el Reino de los gigantes.

- Midgard, el Reino de los Hombres. (también conocido como Mannaheim.)

-  Vanaheim, el Reino de los Vanir (la tribu de los dioses de la naturaleza y de la fertilidad).

- Alfheim, el Reino de los elfos de la Luz. (también conocido como Ljusalfheim.)

- Asgard, el Reino de los Dioses (Aesir).

 Muspellheim: allí residían los gigantes de fuego y los demonios ígneos.
Surtur, el demonio herrero de la desgracia era el más poderoso de esta parte del mundo, sería el que tendría que luchar contra el dios superviviente del Ragnarok.

Nifleheim: El mundo más bajo, el del frío y de las tinieblas en medio del cual está la fuente Hvergelmer, donde habita la ser­piente Nidhug.

 Midgard o Mannaheim, también llamada “tierra media”: Es el reino de los hombres y especies vivientes, rodeado por un gran océano.
Los dioses le dieron a Ask y a Embla, la primera pareja humana, este mundo para que lo habitaran y perpetuaran su especie.

  Asgard: Por encima de Midgard estaba el hogar de los dioses, dentro de él, existen varias mansiones de las cuales cada dios tie­ne una, excepto Odín que tenía tres: Gladsheim, donde estaba el Consejo de los dioses; Valaskialf en donde el gran dios puso su trono; y Valhalla, la más hermosa, éste era el lugar al que iban to­dos los guerreros que morían durante la lucha.
Asgard, al ser la residencia divina, también era el lugar en donde se reunían para decidir el futuro y los avatares de los nueve mundos. Este reino está unido a Midgard mediante el Bifrost, un arco iris llamean­te que vigilaba Heimdall.

 Jotunheim: En un principio los gigantes vivían en el Ginnungagap, pero tras su primera derrota a manos de los asios se creó Jotunheirr, más allá del océano que se encontraba al norte y que rodeaba Mid­gard.

Este mundo estaba separado de Asgard por el río Iving, que jamás se congelaba.

Thor acostumbraba a viajar hasta este lugar para poder dedicarse a su pasatiempo preferido, matar gigantes.

 Vanaheim: Por encima de la tierra se encontraba el reino de los dio­ses vanios, grandes guerreros que fueron sometidos por los asios.

 Alheim: El mundo de los elfos de luz se encontraba entre Vana­heim y Jotunheim, gobernado por Frey quien guardaba alli Skibladnir, el navío que le regalaron los enanos.

 Svartalheim: Ascendiendo por Alheim se llegaba al mundo de los elfos oscuros, criaturas malignas que protegían el reino de Hel.

 Hel: El reino de la muerte se encontraba entre Svaralheim y Niflheim, el cual estaba gobernado por Hela, hija de Loki, mientras su entrada estaba custodiada por un perro, Gann.
En este mundo terminaban aquellos que morían por enfermedad o vejez.
El árbol cósmico Yggdrasill es, en cierta forma, el “armazón del mundo” para la mitología escandinava.

Yggdrasill, alberga los nueve mundos en los que se divide el Universo.

Sus raíces y ramas mantienen unidos los diferentes mundos: Asgard, Midgard, Helheim, Niflheim, Muspellheim, Svartalfheim, Alfheim,Vanaheim y Jötunheim. De su raíz emana la fuente que llena el pozo del conocimiento, custodiado por Mímir.

A los pies del árbol se encontraba el dios Heimdall que era el encargado de protegerlo de los ataques del dragón Níðhöggry de una multitud de gusanos que trataban de corroer sus raíces y derrocar a los dioses a los que este representaba. Pero también contaba con la ayuda de las Nornas que lo cuidaban regándolo con las aguas del pozo de Urd. Un puente unía el Yggdrasil con la morada de los dioses, el Bifröst, el arco iris, todos los dioses cruzaban por él para entrar en el Midgard.

Yggdrasil rezuma miel y cobija a un águila sin nombre que entre sus ojos tiene un halcón que se llama Veðrfölnir, a una ardilla llamada Ratatösk, a un dragón llamado Níðhöggr y a cuatro ciervos, Dáinn, Dvalin, Duneyrr y Duraþrór. Cerca de sus raíces habitan las Nornas.

Desde ambos límites de Niflheim, arqueándose muy por encima de Migdard, se alzaba el puente sagrado, Bifröst (Asatru, el Arco Iris), hecho de fuego, agua y aire, cuyos palpitantes y cambiantes matices retenía. Sobre el mismo, viajaban los dioses de un lado a otro de la Tierra o hasta la fuente Urdar, al pie del fresno Yggdrassil, donde se reunían diariamente en asamblea.

Era esencial que el gran árbol Yggdrassil se mantuviera en perfectas condiciones de salud y eran las Nornas o Destinos las que realizaban esa labor. Lo rociaban diariamente con las aguas sagradas de la fuente Urdar. Esta agua, al deslizarse hasta la Tierra a través de las ramas y las hojas, suministraba miel a las abejas.

De entre todos los dioses, era Thor, dios del trueno, el único que nunca pisaba sobre el puente, por miedo a que sus pesados pasos o el calor de sus relámpagos lo destruyera.

El dios Heimdall era el custodio y vigilante del puente, tanto de día como de noche. Estaba pertrechado con una espada mordaz y portaba una trompeta de nombre Gjallarhorn, la cual hacía sonar, generalmente con una suave nota, para anunciar la llegada o la salida de los demás dioses. Pero la trompeta también servía para hacer sonar un terrible estruendo cuando Ragnarok, el gigante de hielo y Surtur,   el gigante de la llama, llegaran con intención de destruir el mundo.



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