28 de noviembre de 2017

El Descubrimiento de Galileo Que No Somos el Centro Del Universo


El centro del universo en la época de Galileo
Apuntando con su telescopio a las estrellas, Galileo Galilei provocó una revolución científica que socavó la base sobre la que se apoyaba la astronomía de entonces: la teoría Geocéntrica, que se había tomado como verdad irrefutable por más de mil años.
Sólo el astrónomo Nicolás Copérnico se había atrevido a refutarla, proponiendo una nueva teoría, llamada "Heliocéntrica", ganándose el rechazo general.
A continuación revisamos qué decía la teoría Geocéntrica, y qué argumentos usó Galileo para refutarla, apoyando a su antecesor, Copérnico.

Cuando Galileo enfocó a Júpiter con su telescopio, se dio cuenta de que este planeta tenía cuatro satélites, o sea cuatro cuerpos que giraban alrededor suyo y no de la Tierra.
Esto último era particularmente importante porque en aquellos años la gente creía que la Tierra estaba en el centro del universo y los astros se movían en derredor suyo.

La existencia de satélites que giraban alrededor de Júpiter significaba en primera instancia que no todos los cuerpos celestes giraban alrededor de la Tierra, o sea, que había más de un centro de rotación en el universo.

Esta idea se vio reforzada cuando descubrió que Venus tiene fases parecidas a las de la Luna.
Esto sólo podía explicarse por el movimiento de Venus (acerca de los planetas) alrededor del Sol.

La esfericidad de la Tierra era un hecho conocido desde el siglo V antes de Cristo.
Los astrónomos griegos concluyeron que el mundo era redondo y centrado en la tierra.
El primer modelo geocéntrico fue propuesto por Aristóteles (384-322 a.C.).
De acuerdo a las creencias de la época, el cielo era el reino de los dioses y los cuerpos celestes se movían en órbitas perfectas.
Platón (428-347 AC), había establecido que el círculo era la forma perfecta por excelencia, debido a su simetría.
Los astrónomos concluyeron entonces que los astros que se movían en el cielo describían un movimiento circular uniforme y que la esfera celeste englobaba el conjunto del sistema solar.
Este esquema no explicaba el "movimiento retrógrado" (contrario al sentido de su trayectoria) que parecen describir los planetas en el cielo.

Una solución para explicarlo fue propuesta por el astrónomo alejandrino de origen griego Claudio Ptolomeo (100-170 DC), en su libro "El Almagesto".
Su teoría permitía explicar el movimiento retrógrado de los planetas de la siguiente manera:

1. Los siete planetas: la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno, (la luna y el Sol se consideraban planetas en aquel entonces) giraban alrededor de la Tierra.

2. De entre estos, todos salvo la Luna y el Sol, describían un movimiento especial: giraban en pequeñas circunferencias situadas sobre una circunferencia mayor cuyo centro era la Tierra.

3. Las estrellas estaban fijas unas respecto a otras en la bóveda celeste.

Esta teoría recibió el nombre de Geocéntrica. A ella se opuso la teoría Heliocéntrica, apoyada por Galileo, que decía en resumen, que la Tierra y el resto de los planetas giraban alrededor del Sol, quedando éste definido como el centro del universo.

La teoría Heliocéntrica había sido formulada por Aristarco de Samos en el siglo III a.C., y fue replanteada por Nicolás Copérnico en el siglo XVI.

Los descubrimientos de Galileo proporcionaron pruebas irrefutables de que el sistema solar es heliocéntrico.
Esto de por sí era difícil de aceptar por una sociedad que había vivido 15 siglos con la idea de que la Tierra era el centro del universo.
Pero hoy sabemos cosas que habrían asombrado incluso a Galileo; sabemos por ejemplo, que el Sol está girando alrededor del centro de la Vía Láctea y que esta se mueve en relación a las galaxias vecinas.
El universo hoy por hoy no parece tener centro ni final; todo está en constante movimiento.


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