Kali, la diosa de la muerte y la transformación, rige el dibujo que compone este mándala.
Cuando una crisis afectiva profunda nos obliga a modificar nuestra estructura interna, la observación periódica de este círculo mágico nos ayudará a recuperarnos más rápidamente.
Los trastornos respiratorios y los circulatorios (en especial las afecciones cardíacas) pueden ser convenientemente tratados meditando en esta figura mandálica.
Como este mándala actúa sobre el chakra cardíaco, es también positivo cuando resulta necesario recuperar el equilibrio emocional.
Elimina confusiones mentales y multiplica la capacidad de seducción.
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