15 de enero de 2018

Complejo De Aristoteles - Psicologia -


Dicen que Aristóteles siempre se creyó muy superior a su maestro Platón, que trató de imponer sus palabras y razonamientos por encima de su experimentado maestro. 
Incluso llegó a creer que los fundamentos filosóficos de Platón no tenían ningún tipo de fundamento y a pesar de esto Aristóteles es considerado el padre de la lógica y la biología.

El complejo de Aristóteles se da por la necesidad irracional de imponer el propio criterio siempre, de llevar siempre la razón a toda costa. 
Son esas personas que actúan con prepotencia sobre los demás, obsesionados por superar al otro y creerse mejor que él, acallando las opiniones de los demás, prevaleciendo su “verdad absoluta” para convertirse en una persona arrogante, prepotente y muy acomplejada.

Los individuos aquejados de este complejo son fáciles de detectar pues no tardan mucho en contarte su currículo, muy adornado claro, con palabras de más de tres sílabas, aprendidas y colocadas con calzador en cada frase que pronuncian, con discursos seudoculturales que te largan a la mínima, aunque tú no muestres ningún interés. 

Nunca prestan atención a lo que tú puedas contar y como mucho te escuchan para poder rectificar tus opiniones y dejar muy claro cuan equivocada estás y cuánta razón tienen ellos. 
No retienen ninguna información que tú les proporcionas lo que resulta divertido, puedes en la misma conversación hacer afirmaciones contrarias sobre el mismo tema y no se dan cuenta.

Poseen una personalidad egocéntrica que les hace considerarse intelectualmente superiores a cualquiera de las personas que los rodean y si intentan empatizar con alguien, siempre elegirán a aquellos que posean grandes títulos universitarios y que desempeñen altos cargos.

¿Qué señales nos indican que nos encontramos ante una persona con este complejo?

1. La invalidación sistemática de cualquier criterio diferente.
2. Un gran egocentrismo.
3. Una elevada rigidez cognitiva.
4. Tendencia a la hostilidad y la ira cuando otras personas no aceptan sus planteamientos.


 “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. 
Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.

                                                                                   Aristóteles 384AC-322AC



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