4 de mayo de 2017

Pluton En La Astrologia-


Astrológicamente, es el último planeta del sistema solar, representa los cambios y la pérdida. 
Rige al signo de Escorpio, e influye a su capacidad de transmutación. 
Simboliza el renacer, la capacidad de la subconsciencia del ser y su capacidad de adaptación ante ciertas transformaciones.

La sombra es lo peor que creemos que está dentro de nosotros mismos; aquello que más rechazamos y negamos dentro de nuestro interior. Nuestro lado celoso, agresivo, violento, intensamente sexual, posesivo o manipulador. Ese lado que no queremos que los demás vean y que muchas veces nos avergüenza. Esta sombra se puede vivir en diferentes áreas, por ejemplo, en el trabajo, con respecto al dinero, la familia, las relaciones, etc.

Plutón en la Carta Astral nos muestra en que área de la vida se vive con mayor fuerza esa sombra. Sin embargo, es interesante saber que donde está Plutón en la Carta Astral también está la luz de nuestra esencia, nuestro mayor potencial y lo mejor que podemos alcanzar dentro de nosotros. Pero, ¿cómo es posible que el planeta que nos muestra lo peor, también nos esté mostrando la promesa de lo mejor?

Para entender esto, tendremos que sumergirnos en la visión de la astrología moderna que se centra en entender la psicología del ser humano, a fin de comprender su proceso de evolución como alma. Desde esta visión, Plutón no es visto como un planeta maléfico, sino como un gran maestro. Uno que en la Carta Astral personal representa cuáles son los mayores apegos que traemos a esta vida; los mayores, no hay apegos más grandes que los que refleja este planeta. Plutón pide que soltemos, pues estos apegos están bloqueando nuestro flujo evolutivo personal, impiden vivir experiencias nuevas y de evolución.

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En nuestro experimentar como alma nos hemos ido alejando de la conexión con la fuente primordial, desconectándonos de nuestra conexión espiritual. De ahí nace nuestra profunda sensación de separación y vacío.

Nuestra alma no llega virgen a esta Tierra, sino que trae una historia, una profunda huella que proviene de un pasado que desconocemos. Vida tras vida fuimos descubriendo distintos caminos de experimentación. Una consecuencia fue alejarnos de nuestra esencia primordial.

Entre más pasos dimos, más nos alejamos de la fuente y más separados nos fuimos sintiendo de la conexión espiritual interior. Esto se debe a que la realidad que se vive en nuestro planeta es muchas veces dura. Todos hemos sufrido fuertemente y nos hemos ido desconectando de nuestra propia sensibilidad para poder sobrevivir. Nos alejamos del amor que habita dentro de nosotros, de la compasión, de nuestra conexión espiritual, del ser que realmente somos. De ahí nace nuestra profunda sensación de separación y vacío.

Algunos rasgos importantes de nuestra personalidad provienen del pasado de nuestra alma. Antiguos mecanismos que ella conoce y ha utilizado para protegernos del potente dolor que genera la sensación de separación. Esta protección radica en apegarnos a ciertas cosas, estructuras o personas, las que obviamente no queremos soltar, porque mientras las tengamos y nadie nos las quite, la sensación de separación va a ser menos dolorosa.

El mecanismo principal de protección que ha utilizado nuestra alma en el pasado es el de Plutón. Es decir, los apegos que creemos que necesitamos para poder sobrevivir y que, si no los tenemos, sentimos que morimos, cayendo en el vacío del descontrol.

En los niños pequeños, los apegos plutonianos se expresan a muy temprana edad, pues van a ser básicos para la sobre-vivencia en este plano. Esos apegos hacen que el niño pueda manejar su sensación de impotencia, dolor y fragilidad en la realidad.

Existen diversos tipos de apegos: algunos son a ser amados, no sentirse solos, ser escuchados o ser centro de atención, de que se haga todo el tiempo lo que ellos quieren, ser libres, etc. Estos apegos se fueron acrecentando sin que nos diéramos cuenta en un punto fundamental de nuestras vidas. De hecho, desarrollamos un ego, construimos una forma de ser que va a evolucionar completamente para poder satisfacer dichos apegos.

En un adulto, estos apegos infantiles de fondo se van a expresar de diversas maneras: control en las relaciones, dependencia afectiva, apego a un cierto estatus o situación económica, poder para hacer lo que siempre se quiere, etc.

Sin embargo, la vida tiende a la evolución y quiere que nosotros vayamos cambiando. En este caso, implica soltar estos apegos, de manera de acercarnos a los propósitos evolutivos de la encarnación presente, pues si sigo atrapado en lo viejo y conocido, no voy a poder vivir las nuevas experiencias que me piden actuar más libre. Las experiencias de la vida me empujan a soltar los apegos, es un paso necesario en el proceso evolutivo. El antiguo Yo tiene que morir para que surja uno nuevo. Eso implica soltar el control sobre la vida y aprender a lanzarnos a nuevas experiencias… aunque nos dé pánico dejar atrás lo que creíamos más importante.

Plutón en la Carta Astral representa el punto de transición evolutiva que tenemos en esta vida. Es donde está el conflicto entre seguir alejándonos de nuestra esencia o volver a conectarnos con la fuente espiritual que habita dentro de nosotros. Plutón estaría indicando los mayores apegos que nuestra alma tiene y que conformaron la defensa más potente a la soledad, el descontrol, la vulnerabilidad, la impotencia y el vacío. Plutón en tu Carta Astral está señalando las áreas de tu personalidad que ya no sirven tal como están, pero que tú por el miedo a perder el control, a soltar este apego, no quieres dejar atrás por ningún motivo, razón o circunstancia.

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El ego que se construyó en esta vida para protegernos del descontrol no querrá soltar, pues sin dichos apegos siente que no puede sobrevivir. Miedo, terror, rabia, resistencia, sufrimiento… pero llegará un minuto en que por más que me resista, la vida me los quitará igual. Eso puede ser en un suceso externo muy fuerte o puede ser un proceso interno de quiebre total dentro de uno mismo. La muerte de un área de la personalidad. Mientras me resista voy a sentir el fuerte dolor de la resistencia, además de perder una enorme cantidad de energía, sosteniendo ese apego. Ese esfuerzo no es recompensado por la vida, pues se está tratando de frenar un proceso evolutivo que no puede ser detenido.

Al hablar de Plutón, hablamos del juego del “no poder” versus “poder y control”. Cuando sentimos que la vida nos obliga a soltar algo fundamental para nosotros, la sensación es parecida a la de caer en un abismo. Sentimos que no tenemos ningún poder y ningún control sobre la situación. Esto es muchas veces infinitamente doloroso, pues lo que más valoran los plutonianos es su capacidad de controlar. La psiquis no puede aguantar no tener el control, necesitan controlar constantemente todo. Por lo tanto, la energía de Plutón indica lo que estamos dispuestos a hacer para no perder ese control y evitar la muerte que significa el descontrol.

Todos sabemos que hemos hecho cosas de las cuales no estamos orgullosos, aunque no sepamos por qué las hicimos. En una película muy mala sobre un terremoto en Estados Unidos, hay una excelente escena, muy plutoniana. En esta película, un actor secundario se nos presenta inicialmente como una persona muy buena, pero en la medida en que comienzan a producirse los desastres, este personaje deja de a poco de ser tan bueno. Se empieza a poner cada vez más egoísta y manipulador, ya que surge en él un miedo a la muerte, miedo a ser destruido (Plutón). Hay un minuto donde muestra su peor cara, cuando un edificio se derrumba y cae una nube de escombros que de seguro va a matar a todos los que encuentre en su camino. Él está en la calle y no tiene dónde esconderse. Repentinamente, mira hacia al lado y ve que detrás de un pedazo de pared está escondida una persona. La agarra, tirándola a la calle y rápidamente toma su lugar para protegerse. Eso es Plutón, lo que estamos dispuestos a hacer con tal de no sentir que perdemos el control. La muerte es la pérdida de control máxima que podemos llegar a vivir.

Es por esto que Plutón se asocia con nuestra sombra, la que rechazamos y negamos dentro de nosotros mismos, pues esa sombra representa nuestro protector, el guardaespaldas que está dispuesto a cualquier cosa con tal de no hacernos sentir impotentes. Por eso nos da miedo o nos avergonzamos de ella, incluso la negamos, aunque todos sabemos que existe.

Si ustedes observan la estructura de la Carta Astral, el octavo paso es el Plutoniano (Escorpiano). Este es el proceso de morir, ver lo que no nos gusta de nosotros mismos y así enfrentarnos a nuestros demonios protectores.

Lo interesante es que Plutón no nos hace vivir estos procesos por maldad ni para castigarnos. El proceso evolutivo tiene un propósito. Plutón nos dice:

“Si sueltas tu apego, si tienes el valor para soltar aquello que tanto crees necesitar. Descubrirás dentro de ti un tesoro”.

Nuestro apego nace de la creencia de que estamos solos y separados, de que solo sobreviviremos si nos aferramos, pues tenemos la sensación de que algo ha desaparecido dentro de nosotros. Pero cuando soltamos ese apego, con conciencia, se descubre justamente lo contrario. Que eso que dimos por perdido, siempre ha estado y nunca se fue. Por ejemplo, si tu apego es que te amen y no te dejen solo; el tesoro que encontrarás si lo sueltas y aprendes a consolar a esa parte interna, será un gran amor dentro de ti. Esa experiencia te transformará por completo.

Este camino de transformación no es fácil. De hecho, lo queremos evitar a toda costa. Pero mientras nos atrevemos a vivirlo, Plutón nos pregunta lo siguiente:

¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar con tal de protegernos de algo a lo que le tenemos terror?



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