27 de noviembre de 2017

San Boris y Gleb -


Mártires rusos, apóstoles de la no-resistencia cristiana


Boris: Patrón de Moscú, capital de Rusia.
Mártir +1010.
Fiesta: 24 julio
Boris y Gleb, hijos de San Vladimiro, Duque de Muscovy y nietos de Santa Olga.

Boris desde pequeño fue muy piadoso y pensó ser monje pero, siguiendo el consejo de su padre, se casó siendo joven.

Era gobernador de la ciudad de Rostov mientras que Gleb de la ciudad de Murom.

Los hermanos se amaban y sobre todo amaban a Dios. Pero tenían un hermano mayor, Svyatopolk, que era sanguinario y se reveló sin éxito contra su padre. Este le perdonó pero el joven no cambió de corazón. Una vez muerto su padre decidió matar a sus hermanos para obtener poder absoluto. Boris se enteró y se enfrentó con un dilema:

¿como debe actuar un cristiano en esta circunstancia?

Recordó las palabras del Nuevo Testamento: "Si un hombre dice amar a Dios pero odia a su hermano, es un mentiroso"

Después de una difícil lucha interna, decidió no presentar resistencia. Boris despidió a sus hombres y se quedó solo con un sirviente junto al rió Alta para esperar a los asesinos.




Pasó su última noche en lágrimas y oración, confortado por los salmos y los Evangelios. Recordó también como Sta. Bárbara fue asesinada por su propio padre. 
En la mañana entraron los asesinos a su tienda y lo hirieron. Boris pidió que le dejaran vivir un momento mas para finalizar su oración. Entonces se ofreció como cordero de sacrificio diciendo: "Dense prisa en completar vuestro trabajo y que la paz sea con mi hermano Svyatopolk y con ustedes mis hermanos".   

El principe Gleb, unos años mas joven que Boris, 
fue asesinado mas tarde en el río Dnieper. 

Al principio pidió que no le matasen pero al fin aceptó su destino con paz y dijo a los asesinos: 

"Si desean saciar su sed con mi sangre, me entrego a ustedes, mis hermanos, y a mi hermano, mi príncipe".

Proclamó entonces que la muerte es el nacimiento a una vida nueva. 

Los dos hermanos no buscaron la muerte ni murieron por causa de su fe sino por intereses políticos del hermano mayor. 


Pero ante la muerte los dos hermanos libremente optaron por actuar como cristianos, no devolvieron mal por mal sino que optaron por el perdón y la confianza en Dios. 



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