23 de noviembre de 2017

Los Cinco Principios Reiki



Los cinco principios originariamente establecidos por el Emperador Meiji de Japón (1868-1912) como guía para una vida realizada fueron adoptados por el doctor Usui para incorporarlos a nuestras vidas, y para ayudarnos a ser un canal de la energía vital universal. 

No creo que se trate de meros códigos morales ideados para su seguimiento pertinaz.

La supresión de los propios pensamientos y emociones nunca puede ayudar a la persona que busca la iluminación. 
Estas guías son simples escalones en el camino hacia una consciencia creciente del macro y el microcosmos. 
El rayo rojo que corre a través de cada una de estas orientaciones es la unicidad del individuo y el cosmos.

1 - Hoy no te enojes.

No hay nada inherentemente erróneo en la ira. 
Es apenas una señal de que estás tratando de nadar contra la corriente natural de los acontecimientos. 
Cuando la ira golpea a tu puerta, la manera más sensible de lidiar con ella es reconocerla, observarla y, al hacerlo así, dejar que se vaya para siempre. 
No bien cesas de identificarte con la emoción, el incendio se apaga. Un método muy efectivo de lidiar con la ira y otras formas de <aparentemente incontrolables> accesos de energía antes de que se produzcan es la Meditación dinámica, que comienza a ser utilizada por incontables psicólogos y psicoterapeutas occidentales para el alivio del estrés y la liberación emocional. Mediante la catarsis controlada, podemos librarnos de tensiones indeseables.

2 - Hoy no te preocupes.

Nos preocupa mantenernos separados del todo, tener la sensación de ser especiales y estar imposibilitados de sentir lo contrario. 
Nos preocupa que las cosas puedan salir distinto de lo que esperábamos, y consideramos solamente nuestras ventajas. 
La fuente de la preocupación es el miedo a algo de lo que nunca podremos estar seguros: el cambio.

Tendemos a ver al resto de la humanidad como competidores y tal vez como enemigos, antes que como camaradas del camino. 
Olvidamos que el universo es uno, y que sólo el ego lo hace pedazos.

3 - Hoy sé agradecido.

Todos sabemos lo difícil que resulta mirar cada experiencia con nuevos ojos cada vez. 
Y sin embargo, cuando por azar lo hacemos, el momento parece eterno y mágico. 
Al apreciar conscientemente nuestro entorno, sea nuestro compañero o la más diminuta hoja de hierba, podemos nuevamente encontrar nuestro propio lugar en este tremendamente hermoso relato de vida.

Lo llamado "bueno y malo" es parte de todo en la vida. 
Recuerdo un antiguo relato que me contó mi maestro:

En una pequeña aldea allá en el campo, vivía un anciano que era dueño de un caballo muy hermoso. 
Pese a que era muy pobre siempre rechazaba ofertas de compra de su caballo porque se había vuelto muy amigo suyo. Los demás aldeanos pensaban que era excéntrico y estúpido porque vendiendo su caballo podría haber puesto punto final a su pobreza. 
Un día, el establo del caballo fue encontrado vacío. 
Los aldeanos pensaron que el caballo había sido robado y llegaron a la conclusión de que en primer lugar lo mejor que podría haber hecho el anciano era venderlo. 
El anciano destacó que el único hecho verificable era la ausencia del caballo en el establo y les dijo a los demás que no juzgaran la situación. Poco después, el caballo regresó por las suyas trayendo detrás de él una docena de caballos salvajes. 
Entonces los aldeanos pensaron que una gran fortuna se le había presentado al anciano, pero de nuevo él les dijo que solamente observaran los hechos y no juzgaran un pequeño fragmento de la realidad sin conocer el todo.

El único hijo del anciano comenzó pronto a domar los caballos salvajes. 
Un día se cayó y se quebró las piernas. 
De nuevo los aldeanos pensaron que era una gran calamidad dado que era la única ayuda que tenía su padre. Pero el viejo se ciñó a su posición de no abrir juicios. 
Tiempo después estalló una guerra con el reino vecino y todos los jóvenes de la región fueron movilizados excepto el hijo lisiado del anciano... 
La historia podría seguir para siempre.

Tendemos a mirar nuestras vidas y la de los otros desde una perspectiva muy estrecha, sin conocer el todo, sin confiar y sin regocijarnos en el instante, sea cual fuere su ofrenda. ¡Probémoslo una vez!

4 - Hoy trabaja duro. (práctica meditativa)

Este principio no indica que asumas algún trabajo de 12 horas diarias. 
El término "trabajo duro" se refiere a accionar sobre nosotros mismos, a practicar meditación y a dedicar nuestro tiempo al crecimiento espiritual. 
Los valores del mundo interno difieren considerablemente de los del mundo externo. "Trabajar duro" en el exterior pasa a ser devoción en el interior, donde no hay sitio para la dureza. 
En el mundo externo podemos estar trabajando hacia una meta, pero en el mundo interno lo único que existe es el momento presente. 
La práctica de la consciencia o la meditación en las actividades cotidianas es el propósito de muchas religiones orientales y fue introducido en Occidente por el famoso místico armenio G. I. Gurdjieff, quien lo denominaba auto-recordación. 
Considero que Reiki apunta a lograr el mismo estado de la mente. 
La meditación no puede ser forzada, pero una piedra debe arrojarse primero a la laguna antes de que las ondas avancen hacia las orillas. 
Después de todos estos años, la meditación se ha vuelto para mí un nutriente sutil pero esencial, ¡en verdad el mejor alimento de que dispongo! 

5 - Hoy sé bondadoso con los demás.

Todas las jerarquías son obra humana. Lo que causan se encuentra a la vista: destrucción ambiental, calentamiento global, guerras interminables y cosas por el estilo; la nómina parte el corazón y es infinita. 
Mira el medio ambiente con un corazón amante, y el mundo se torna nuevamente un espacio milagroso que se alimenta con amor.

Por supuesto, esta guía también requiere una comprensión íntima, dentro de uno mismo. 
La amigabilidad con todos los seres debe incluirte. 
De hecho, debes ser la plataforma desde la cual inicies tu travesía amorosa. 
A través de todas las épocas se ha visto a los sabios "adorar" sus propios cuerpos para perplejidad de quienes los rodeaban. Pero visto bajo esta luz, no resulta para nada extraño.




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