25 de mayo de 2017

La Dupla Elegua Eshu -


De todos los pasajes de “dijinga” de los Orishas, el de la dupla Elegguá-Eshu es uno de los más extensos, por justamente tener que cumplir con las funciones primordiales de protección y apertura de caminos de las casas de religión de Regla, así cómo de la mayoría de los consultantes y fieles que le veneran. 

Monte Ewe
Son sus plantas: Aba, abre camino, aceitero, agalla de la costa, aguacate blanco, ají de China, ají chileno, ají guagua, alacrán o rabo de ratón, albaca de hoja ancha, alcanfor, almácigo, atipla, aretillo, aroma amarilla u olorosa, aroma de uña de gato, Artemisa, aticuanla, baría, bejuco verraco, bejuco sabanero, bejuco San Pedro, bejuco lombriz, bejuco jimagua o parra cimarrona, bejuco guaro, bejuco prieto, bejuco colorado, bibona, bija, carraspina, camao, cayaya, crotos, curujey, chamico, chichicaste, ébano carbonero, escoba cimarrona, espartillo, espinillo, espuela de caballo, flor de agua, cambuto o cambutera, gateado, grama de caballo, guabico, guajaca, guaro, guayaba, guayabillo, güira cimarrona, itu, itamo real, lengua de vaca, maloja, nastuerzo, huevo de gallo, meloncillo, mijo, ñame, ojo de ratón, jurubama o jurabama, pelo del diablo, palo moro, palo negro, palo torcido, palo víbora, pastillo, pata de gallina, pendejera, pica pica, picha de gato, piña de ratón, piñón de pito, piñón botija, pinipiniche, pinipini, rabo de gato, raspalengua, raspa barriga, rompesaragüey, San Diego, sigaraya, tabaco, tengue, tripa de jutía, yamao, yerba fina, yerba hedionda o guanina y zarza blanca o parrillera. 

Elegguá Abaile (A-gbá-ilé): por este camino se lo conoce como mensajero e intermediario en las casas de Regla de Ochá en general. 
Es el que realiza principalmente las funciones de limpieza, trasladar los ebbó, ya fuera al río, al monte, al mar, al pie de un ceibo, etc. Tiene afinidad y admiración por Irokó, pues lo protegió y le dio cobijo, cuando este Eshú tuvo una fuerte riña con Eggún. 
Por tal motivo es que Eggún va atrás, en el patio, y Elegguá adelante.

Eshu Achi kuelú: Es un viejo de pequeña estatura, que vive en los huecos y túneles bajo tierra de las encrucijadas, porque es un espíritu de tierra de abajo... 
Le pertenecen los minerales, en especial el oro. Nació en Ojuani. Trabaja con Ifá. Gusta de buenos cigarros de hoja y aguardiente o ron. Cuando se lo asiente se le hace un hueco en el suelo, donde se deposita su otá, y luego se cubre con un cono de barro, que tenga partes de tierra de encrucijada y tierra colorada. Tiene veintiún caminos, y usa paggugú

Elegguá Afrá: Es de tierra Arará. 
Es el Elegguá de Babaluayé. Su collar alterna cuentas blancas con negra. 
Tiene como tabú el aguardiente y el vino de palma. Acostumbra silbar por las esquinas de las calles y lugares solitarios. 
Es compañero del Eshu Makenú. 

Eshu Afrodí y Eshu Agroi: Son de nación Arará. Como tienen veinticuatro caminos se decoran con veinticuatro cauríes, distribuidos en tres hileras. Ambos tienen forma piramidal y se coronan en la cúspide. Son ayudantes de Ifá y en su culto solo ofician los hombres. 

Elegguá Agbanukué: Es un Elegguá guardián de la casa y brinda mucha ayuda. Es compañero del Lodé y del Laná. Tiene el poder para dejar ciegos a sus enemigos. Es el mejor aliado de Ifá, junto con Biba Kikeño y Alaroyé, y cada uno lleva una flechita metálica en la frente. Protege al Babalawó ya que es su seguridad: le repite todo lo que oye y ve. Ayudó a Orulá a demostrarle su clarividencia a Olofi. 

Eshu Agbálonké: Es adulto y fuerte. Castiga con el fuego. Le llaman el Eshu de las muertes. Continuamente está guiando almas de difuntos. Nace en Obará Meyi. 

Eshu Agberú: Es la esposa de Eshu, la receptora de sus ofrendas. 

Eshu Agbó Bará: Es un trampista que todo lo oye. Es de tierra Takua, y tiene 36 caminos

Eshu Agganiká: a éste le gusta tropezar con todo lo que se encuentra, porque es malévolo, muy peligroso y vengativo. Cuando se enoja, atrae a la policía. Agganiká se le llamó en Cuba a la Guardia Rural. Se le pone azogue en su carga y anda a caballo, con un machete. 

Elegguá Aggó Meyó: De tierra Oyó. Es un preventivo y eficaz custodio contra las trampas y engaños. Es íntimo amigo de Xangó, y es el legado que éste orishá le concedió cuando era rey de ese poblado. Casi siempre andan juntos. 

Eshu Agongó Oló Oñá: es el dueño de los caminos. Tiene 21 patakkí, y es íntimo amigo con Oggún y Ochossi. Siempre se lo encontrará apostado en las rutas y accesos a grandes ciudades, motivo por el cual, cuando se le ofrenda a Oggún para algo “grande”, se hace la comida de Oló Oñá, que va pegada a la del guerrero. 

Elegguá Agongó Ogo: Elegbara con su nudoso garrote, que le sirve para defenderse y atacar a sus enemigos. Es la clásica representación del hombre de la prehistoria. Se lo encuentra en las riveras de los ríos, es muy amigo de Ochún, a la que cuida día y noche, y lleva en su ardimú, maíz hervido. 

Elegguá Akerú: es un mandadero, un transportador (lleva y trae) Es de tierra lukumí, y muy afiliado a los ngangá. No admite ser manejado ni manipulado por las Iyalochas. 
Elegguá Akesan: es del reino de Oyó, muy afiliado a Aggó Meyó. Tiene espada y garrote, y comanda un grupo importante de Eshus a su cargo. Por este camino, Elegguá está en el medio de lo malo y de lo bueno. Depende de que manera se lo atienda, será lo que éste realice a favor o en contra de una persona. 

Eshu Akileyó: Oriundo de tierra de Oyó, es un chiquillo alborotador, belicoso y caprichoso. El más pícaro y revoltoso. Se especializa en hacer desórdenes en grandes oficinas, todo lo traspapela. Cuando alguien no encuentra en su casa los papeles del inmobiliario o de impuestos, es Akileyó que está jugando. 

Eshu Akokorobiya Akokoriye: Es de la nación mina popó. Muy aficionado a jugar con trompos y bolas y a fumar cigarrillos. De genio inquieto y divertido, siempre está dispuesto a hacer alguna travesura. Tiene 23 caminos, es compañero de Ochossi, vive entre los caminos de las matas y la manigua. 

Elegguá Alá Le Ilú: título de honor que ostenta Bara en las ciudades o pueblos, es ya viejo, pero un gran adivino (un awó) de gran jerarquía. Es de tierra Oyó, y fue enseñado en el arte del manejo del até por Xangó Alafín. Es por ello que entre sus atributos, tiene un hacha doble montada sobre un garrote de madera dura, adornada en su extremo superior con 29 clavos de herradura, número de sus caminos por Ifá.

Eshu Alá Akomako: le gusta esconder las cosas por maldad, y como buen ladrón, prefiere recibir sólo ofrendas robadas. También castiga con el fuego. Es de tierra Arará, nace en obí con Yemayá, y le pertenecen todos los caminos que llegan hasta la playa. Tiene 21 caminos, y su atributo principal es una manilla adornada con caurís, cuyos dedos desalineados simbolizan a un “pungista”.

Eshu Alá Ayiki (Bara Aláyiki Agagá): su nombre significa que como mucho, es un glotón. De tierra de Oyó, también trabaja para Ifá. Se lo describe como un niño rumbero, revoltoso, de apetito voraz y muy adicto al aguardiente. Aláyiki representa lo inesperado, lo imponderable, también el engaño, el disimulo traicionero, de ahí su mote: Aquél que nadie sabe como empieza ni como acaban las cosas... Según cuenta una historia de Ifá, cierta vez embarcó a Ochún, culpándola del robo de un chivo; así obró en función a su glotonería. Nace en Oggundá Iroso. Tiene 29 caminos, y su atributo principal se compone de un plato y cubiertos de plata. En una fina copa de plata de deposita su bebida. 

Elegguá Alá Lu Banché: Es dueño y señor de todo lo que se va a hacer, de las situaciones y de los pasos, ya sean dioses o simples mortales. Tiene un importante aché para salvar o poner las cosas al revés. Por eso es el primero a quién se agasaja en toda ceremonia de la Regla de Ochá. Come ebbó y paddé, y su color es negro, blanco y rojo. Tiene 27 caminos, y cuando se le asienta, se hace un cono de barro en cuyo vórtice superior lleva un gallito negro de metal. No se lleva muy bien con los orishas de cementerio, pero sí con aquellos grandes guerreros del panteón Yoruba. 

Eshu Alágbana (Alágbawanna): Este Eshu es el jefe de los Egguanda, a quienes dirige con pasión. Representa el infortunio y la desesperanza, y castiga a los burlones, a los impíos e irresponsables. En general origina todo tipo de desgracia, siniestros, dolencias, penas y reveses, los suicidios por fuego, e incluso las picadas ponzoñosas y los accidentes son el resultado de su malevolencia. Habita en la soledad de los parajes oscuros e inhóspitos del bosque y la manigua. Le gusta salir a caminar y apostarse en las encrucijadas, donde mata con el fuego o con un cuchillo, provocando hemorragias incontenibles. Utiliza muchos palos y bejucos mágicos del monte. Mantiene un trato continuo con los Egguns, los Iwin, Ngangá y Oyiyi Okú, y con la hechicería. Este Eshu adulto y solitario fue el que ayudó a Babaluayé cuando fue castigado por Obatalá, ya que quería difundir la viruela; le procuró entonces dos perros y lo llevó junto a Xangó y Orulá. Tiene 23 caminos, y en el Diloggún habla por Obara Melli. 

Eshu Alaketu: es un Elegguá rey de Ketu. Usa collar de cuentas negras y blancas. Tiene 29 caminos, y solo se asienta a los Babalawos de Regla de Ochá. Comparte un rincón de la casa junto a Oggún Olukoló, el campesino. Entre sus atributos tiene machete, espada y herraduras de caballo. Se lo asienta en Obí, y come solamente una vez al año, en épocas de buena cosecha. A veces se lo coloca cerca de un asentamiento de Lokou (mercado) pues trae muchas riquezas de lo que se siembra y se cultiva. 

Eshu Alaroyé: Vive en la puerta a la entrada del Ifé, en una cazuela de barro. Le agrada comer dulces y otras chucherías. Amante del baile, del dinero (owó) que se le ofrenda, ya sea en monedas o en caracoles, es de fumar y beber olí chequeté (aguardiente de maíz) Es muy burlón, malicioso y malcriado. Protege y anda mucho con Oggún y Ochossi, porque es guerrero nato. Es chiquito, y a menudo se le puede encontrar en la orilla de los ríos. Se le representa en un otá poroso. También trabaja para Ifá y entonces lleva una flechita de metal en la frente, como Agbanukué y Biba Kikeñó. Para apaciguarlo y afamarlo, porque así no trastorna, se le saluda diciéndole: Alaroyé ( gran hablador ), que también quiere significar Alá Aroye (dueño de las disputas, de la discordia) y Aroyé (debate, controversia, locuacidad). Lo ve todo, lo sabe todo, y por eso advierte sobre los peligros, las enfermedades. Además aconseja como manejar favorablemente los negocios. Se cuenta que una vez le salvó la vida a Orulá. 

Elegguá Alaroyé Akokelebiyú: Nombre de un Elegguá niño, muy maldito y rencoroso, que cuando se irrita con el dueño de Ilé, provoca que la policía venga al hogar. También suele invocárselo para hacer justicia contra corruptos y pervertidos. Es el peor de los enemigos de la justicia, cuando esta no se imparte como es debido. 

Eshu Alaroyé Kío (Inkío): Tiene una sola pierna, y los danzantes en su honor le bailan saltando en un pie y girando como remolino. Es compañero de la manigua de Osaín. Tiene 23 caminos, y su Otá es la imagen de un muñeco de madera similar al del orishá de la vegetación. Su color es rojo y negro. Es de tierra Arará, aunque muchos lo dan por Takuá. En el Diloggún habla por Eyioko. 

Eshu Alaarú: Sus atributos son como mensajero y portero. Es el Elegguá de entrada a las casas de religión de aquellos hijos de Obatalá. Tiene 9 caminos junto a éste, y su aché principal es un iruké con una paloma negra de metal en su extremo superior. Es de tierra Obbara, ordún (letra) por la que habla en Ifá. 

Eshú Alimú: Es de tierra Arará. Trabaja con Babaluayé, motivo por el cual es, el predilecto protector de las puertas de entrada de las casas de Regla de Ochá que tienen a un hijo asentado de cementerio. Su patakkí lo integran 27 caminos, número de caurís conque se adorna su paggugú ritual. Los lukumí suelen colocar la cabeza de un muerto como mango. 

Eshú Alona (Alonná): Enigmático, de tierra Takuá, suele azotar a sus víctimas con el fuego y tiene un trato continuo con los muertos. Es el Elegguá de Yewá. Tiene 29 caminos, y en su frente lleva tres flechitas metálicas. No se asienta en las casas de Regla, pues es tan peligroso como navaja en mano de un modeun (mono) 

Eshu Alusí: éste es de intenciones malignas, muy avieso y perjudicial, pues es causante de desgracias y calamidades. Habitualmente se lo asienta en mayombe o palo monte. Es muy amigo de los iwin, y solo reconoce a quién pague un buen servicio en monedas de oro o grandes riquezas en su honor. 

Eshu Añaguí (añabi): éste Eshu tiene tres caminos: en uno aparece con dos caras; es un Dios de la sabiduría que vive dentro de un coco. 
Él asegura la prosperidad y la felicidad, ya que posee el poder de la renovación de la vida. Se le reconoce la partenidad de Elegguá junto con Eshu Alayi Ibere Yeyé, que es la madre, el comienzo de la génesis. Ambos comen paddé. 
En otro camino se manifiesta como la madre de Elegguá, porque según una historia, de sus relaciones con Eshu Okú Boró (que era oba rey de una tribu yoruba) concibe un hijo, el príncipe Elegbará. Añagui en este camino es muy aguerrida y cuando se enoja, es tan furiosa como una tempestad. Sabe curar con las plantas. Todo lo descubre, y como es tan pequeñita, se traslada montándose en los remolinos. Vive en los bosques, pero también cuida la entrada de la sábana y las maniguas como Aña Bi Lade. Lleva ciento un cauris, lavados previamente con mioró (omiero) Por otro camino, llamado Eshu Ñanguí (Yangí), venerado en piedra laterítica, se dice que es el padre de todos los Eshus, ya que según una antigua leyenda, fue cortado en doscientos pedazos por Orunmilá Ni Agbomiregún, el cual utilizó una espada para castigarlo por su terrible voracidad. Estos pedazos se convirtieron en doscientos Eshus y luego se duplicaron. Añagí otorga el sustento, la victoria y la firmeza de Ifá. Por su mayor jerarquía en la legión de los Eshus, es que gobierna, organizando y destruyendo las funciones de los demás (que así reciben distintos nombres)

Fuentes: Pai Roberto de Xango




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