28 de agosto de 2017

12- El Humano - Sellos Mayas - Caracteristicas -


El sello Humano y el ser humano, están asociados con el libre albedrío, ejercido con sabiduría en su conexión espiritual.

El ser humano es libre en su semejanza con Dios. 
Y ese es el significado del sello Humano, la libertad pero también los pensamientos elevados.

Pero si hablamos de pensamientos elevados sólo podemos hablar de verdades, que suena a verde. 
Realmente los pensamientos elevados son verdades, no fantasías. 
Si fueran fantasías no merecerían ser considerados como elevados. 
Los pensamientos elevados son accesos a realidades muy reales, aunque no siempre evidentes.

Sello Oculto: La Luna

El sello oculto del Humano es la luna, asociada al agua y a las emociones.
En el Tzolkin el agua propiamente está representada por la luna.
Luna forma familia con semilla, mago y tormenta, y los cuatro son la familia del agua, que es la familia que inicia la cuenta calendárica, o sea la conciencia del tiempo. 
Para esta sabiduría maya se inicia desde algo que se considera agua. 
Pero el Humano es el oculto de la luna, es decir que la luna, o sea el agua, y el humano, son lo mismo. 
El humano y el agua son lo mismo.
El agua es importante, de hecho es simplemente imprescindible para vivir. 
Para ser humano es imprescindible ser humano, o sea vivir.
Una cualidad del agua es que no tiene frontera. 
Cuando una gota de agua toca otra gota de agua, se forma o aparece otra gota de agua más grande, porque no hay nada que divida, no hay obstáculo para el otro.  
Para el ser humano es importante la transparencia frente a la luz, o sea frente a la realidad de dimensiones superiores, pero también es imprescindible que no haya una frontera con el otro. 
Cuando una gota de agua encuentra a otra gota de agua, dice “tu eres otro yo” o “in lak’ech”. Este es el lenguaje del agua.
La emoción, atribuida también a la luna, es poderosa. 
La emoción te hace libre, porque te hace humano. 
Tal vez de lo que se trata es que los humanos conozcan y reconozcan que lo importante no es solo la luz sino también el agua, o sea las emociones. 
Incluso quizás el agua luminosa, pero ciertamente el agua.  Reconocer el Agua es imprescindible para el humano.
La persona que cree en la fuerza no es libre, y además tiene miedo. 
Por eso la luna está asociada al humano (su oculto), a la libertad. Y antes que entrar en la quinta dimensión y el amor, el agua, la emoción, te ayuda como tarea a  ser libre. 
Quitar al humano la libertad es impedir al humano conectar con su interior, la luna, que como onda es justamente el inicio del quinto castillo, asociado al éter y al cielo.

La Relación con el Sol

Pero también conviene reconocer que el agua, o sea la luna, además de ser uno con el humano, porque son ocultos, es decir que son lo mismo, tiene en el Tzolkin otra connotación extra, que es la que proviene de su consideración como onda, no como sello.
Cuando se habla de sellos, eso ayuda a comprender la realidad presente, o sea quién eres, cómo eres. 
Pero cuando se habla de ondas, estamos hablando de cómo moverse en relación a otras realidades dimensionales. Cuando hablamos de ondas, hablamos de otra realidad y cómo acceder a ella.
La luna, que es el agua, como onda es la número 17 y está asociada al sol, que como onda es el 4. 
De modo que vemos que la luna tiene una relación con el sol y una relación con el humano.
Tiene una relación con el sol, que habla de accesos a otras dimensiones desde el código del Tzolkin, y eso está confirmado desde la experiencia natural, porque la luna sabemos que refleja la luz del sol, es decir cuando miras a la luna lo que estás viendo es la luz del sol, y sorprendentemente es lo que sucede cuando miras la luz del sol atravesando un vaso de agua. 
Cuando el sol atraviesa el agua, ves la luz del sol. Y con la luna sucede lo mismo, aunque no la atraviesa, lo que ves es la luz del sol. Es un hecho análogo, pero casualmente nos habla de esta característica del agua en abstracto.
Pero esa característica del agua en abstracto, traducida al ser humano, nos dice que el ser humano recibe una luz permanentemente, y su tarea personal es emitir esa luz, no quedársela.
Recibir-emitir, es el Humano. Recibir-compartir, es el Humano.
El objetivo del ser humano no es el agua turbia, que no comparte la luz, sino recibir y transmitir. 
Por eso el agua te hace libre, porque te hace humano.
En el Tarot hay un arcano que muestra a un anciano con una luz, como prototipo de anciano iluminado. 
Pero también la luna, que transporta la luz del sol, y sólo la luz del sol, es un prototipo del humano iluminado.

El 12

El Humano es el sello 12, la libertad. 
La resonancia de humano como tono es el 12, o sea “cómo puedo colaborar con todo lo que existe”.
De modo que el ser humano es intrínsecamente libre y necesita ser libre para ser feliz, pero también es intrínsecamente colaborador, o sea amoroso, generoso, compartidor para ser feliz. 
Y si desea otra cosa solo encontrará frustración, enfado, depresión, miedo, cuando se cumplan sus sueños.
Así, parte de los pensamientos elevados asociados al humano, son pensamientos de colaboración, de respeto, de aprecio, de entrega con todo lo que existe.
En esa nueva realidad que está apareciendo, lo más importante ya no es ser el número una, sino colaborar con todo lo que existe.
El 12 une en el objetivo de colaborar con todo lo que existe, al ser humano, como sello 12, y a la semilla, que es la onda 12. 
Cualquier cosa que contenga la semilla tiene relación con colaborar con todo lo que existe. Y cualquier cosa que contenga el humano tiene relación con colaborar con todo lo que existe.
Una de las formas en que se expresa la paz es a través de la colaboración. 
Si no hay colaboración, no hay paz.
El ser humano impregnado de la solidaridad luminosa del dragón, es el gran colaborador de todo lo existente. 
Da igual lo que hagan las demás personas, porque quizá no lo sepan. Sí es importante qué haces tu ante ese programa que te dice quién eres.

Onda del Humano

Si analizamos la onda del humano, según el Tzolkin es un desarrollo, una acumulación de experiencias que te llevan a encontrar que “todo está bien” como final de trayecto.
La semilla, además de la resonancia con el humano al ser la onda 12, es la transcendencia de la onda del humano. 
El humano es por lo tanto el camino para llevarte hasta ese conocimiento transcendente que es la semilla. Y si algo sabemos de las semillas, es que no necesitan dinero para vivir, y que la vida que se abre delante de un grano de semilla, es decir de una sola semilla, es similar a las células madre, porque es inacabable.
Se tiene que acabar la vida para que las semillas dejen de proliferar, porque justamente transforman lo inorgánico en orgánico, y transforman la luz en orgánico.
La semilla es florecer, y qué cosa puede querer decirse con florecer sino que “todo está bien”. Es como encontrar que hay una fuerza en ti que te lleva al éxito, o sea a la abundancia. 
Florecer manifiesta  belleza, pero también prosperidad y además es una expresión de sociedad.
Abundancia, armonía, compañía de tus iguales, florecer,  es como encontrar que todos tus sueños se cumplen, y tus deseos se satisfacen.
Y todo esto es el final del trayecto de humano. La onda del humano es contemplar cómo se realizan tus sueños.

Onda Oculta

La onda asociada a la del humano es la onda de la tierra. 
Al mismo tiempo que trascurre la onda del humano, trascurre la onda de la tierra. Tierra y Humano son ondas ocultas, asociadas y simultaneas.
La Tierra nutre al ser humano y le da el cuerpo. 
La Tierra es Madre del humano. 
Están unidos, pero la tierra es sabia y generosa y siempre favorece al humano, y el humano sin conciencia abusa de la Tierra, violenta a la Tierra, no reconoce su santidad.
La onda de la tierra termina como trascendencia en la luna, que a su vez es el sello oculto del humano. 
Cuando el humano reconoce su trascendencia, como luna 13 de la onda de la Tierra, es cuando empieza a ser humano consciente. Humano uno o un Humano.
La luna puede ser, como agua, expresión de la emoción, pero la luna también es la puerta de una dimensión superior de la vida.
El tono siete de la onda de la tierra es la noche. La noche da volumen; es el momento y lugar de pasar de una dimensión plana a una dimensión en volumen.
Solo que nosotros no somos dibujos. 
Nuestra dimensión no es plana, y encontrar la noche es encontrar la puerta de ti mismo, la puerta del cumplimiento de tus sueños; la puerta de tu entrega, de tu colaboración con todo lo que existe, o sea con la vida, o sea con la realidad, o sea con el espejo.
Noche 7 solo es posible con espejo 7, o sea es encontrar lo sagrado real.
Vivir es florecer.

El Humano, la transcendencia en la Onda del Sol

Pero quizás el Humano no sólo es lo que propone el tono uno como comienzo de onda, que sería como un recién nacido, sino lo que aparece en su tono trece como manifestación de trascendencia y plenitud, y por tanto madurez.
En ese sentido el humano trece  es el final de la onda del sol. 
De esta manera el humano es un sol, un bebe sol, un sol en desarrollo y aprendizaje, y los pensamientos elevados serían la maduración de un proceso, la culminación.
En el Tzolkin es posible desplazarse en las dos direcciones. 
Si nos situamos en el humano, también se abre un camino desde el humano que termina en el sol.
Podemos establecer una onda encantada en la otra dirección, y aprender mucho de la nueva ubicación de los sellos.
El humano hacia el sol, tendría como segundo sello al mono. Le desafía y le enseña la alegría. Y tendría como tercer sello, que indica el servicio, al perro, el amor incondicional. El amor incondicional aparece entonces como servicio a través del cual el humano llega a la iluminación.

El 8: La Estrella y el Humano

Por otra parte, el humano como sello es el 12, pero como onda es la número 8, coincidiendo aquí con la estrella, que es el sello 8.
El humano se mira en el espejo de las estrellas. 
Es una estrella, un ser celeste iluminado con luz propia, siempre rodeado de sus pares. O sea, el humano es luz.
La onda ocho también es la armonía, la ética, la estética y la belleza. 
De modo que los pensamientos elevados de colaboración y respeto, atribuidos al humano, son también pensamientos armónicos y bellos, pero sobre todo son pensamientos sociables, porque la estrella también significa el encuentro y la convivencia con las demás estrellas en el cielo, porque la estrella son las estrellas del cielo.
Pero conviene recordar que 8 es estrella, pero también pide integridad. 
No sólo habla de luz sino también de integridad como fundamental para el ser humano.
El humano es la libertad, y como tono 12 significa “cómo puedo colaborar con todo lo que existe”. 
Entonces, la integridad que se logra a través del desarrollo de la onda del humano supone reconocer el valor de la libertad como fundamental y también el de la colaboración desinteresada con todo lo que existe, todo lo cual está en el programa original.
Integridad contiene dos sentidos, uno sería algo así  como impecabilidad, por lo menos como intento. 
El otro sentido de íntegro indicaría total, o sea todo y todos. Si falta alguien hay que salir a buscarlo, o sea encontrar a la oveja perdida, o sea aquí estoy. Además si me equivoco estoy dispuesto a aprender, y si te equivocas, también, y a esperar la luz.

La Relación del Humano con la Tierra y la Luna

Pero los Mayas con su Tzolkin también nos informan de algo que el humano necesita descubrir para llenar la libertad de humanidad, o sea de realidad.
El humano tiene varias referencias a considerar, normalmente presentadas como emparejamientos. 
Es necesario conocer, o encontrar, tantos como sea posible para que aparezca una imagen tanto más instructiva.
Relación de Ocultos como Sellos: Humano - Luna
Relación de Ocultos como Ondas: Humano  - Tierra
El humano es en parte tierra, en parte luna. 
Es decir el humano es puente. Une y está unido. El humano sólo es imposible, por eso el dos es siempre un regalo.
Una persona aislada por un naufragio o por un terremoto o por cualquier otro desastre, puede sobrevivir y sobrevive en parte gracias a la Conexion existente con los demás seres humanos vivos.
Muchas personas en situación extrema han recibido esa ayuda proveniente de las personas que les quieren y eso les ha ayudado a no desesperarse y aguantar. 
Pero si sólo quedase una persona, aparte de no poder sobrevivir como especie al no poder reproducirse, se apagarían  muchas luces internas y no querrías ni vivir. 
Se rompería la malla horizontal que te une con los demás seres humanos.
Esa malla normalmente no está consciente. 
Hoy puedes sentirla y potenciarla porque da, aporta tanto que es imprescindible activarla en medio de tanta confusión.

El Humano y los Sólidos Platónicos

Si desplegamos los veinte sellos del Tzolkin y los relacionamos con los sólidos platónicos según el número de caras, encontramos que el humano, sello doce, se corresponde con el dodecaedro, que es el poliedro de doce caras o planos, y que representa la quinta dimensión.
Entonces no es el sol, la luz, la quinta dimensión, sino el humano, o sea tu.
El dodecaedro es el final del camino, la llegada, y el resto de los sólidos platónicos son el transcurso, el como llegar, El Camino.



Los sólidos platónicos son un lenguaje. 
Son una comunicación viajando en la dimensión tiempo, con un mensaje codificado, fácil de descodificar si te interesas. 
La simple contemplación eleva tu nivel vibracional. 
Son gratis y trabajan colaborando en beneficio de todo lo existente.
Es decir, son ejemplo de lo que es el tono doce y la quinta dimensión. 
El humano es el sello doce y representa el dodecaedro de doce caras, el final del trayecto y la quinta dimensión.
El sello doce y el dodecaedro, que corresponde al éter, presenta al ser humano como un microcosmos bello, armónico, que se ama y colabora con todo lo existente, como espejo de un macrocosmos bello, armónico, amoroso.
Todos los sellos son amarillos por eso supone un trabajo de maduración, excepto el sello inicial, que es blanco de refinar y está representado por el enlazador, o sea la puerta al nuevo mundo.
El enlazador  es un dragón, porque es de esa familia, pero también es un guerrero, o sea la expansión de la conciencia.
Todos estos sellos son pares, o sea representan al dos, al viento. 
Es el trabajo del espíritu y abre una nueva perspectiva y una nueva comprensión. 
El dragón, esa luz entrando en la materia, es un vehículo.
La luz  es vehículo del espíritu, no es un fin en sí. 
El fin es que el espíritu entre en el humano. 
Así, la luz  es una consecuencia. Primero hay una sanación, que es recuperar el patrón original, después una iluminación, que es recuperar el cielo. 
Luego aparece el humano

La Familia

La familia del humano está formada por el viento y la mano, el humano y la tierra. 
Esos cuatro conceptos definen al ser humano, no sólo uno.
En esta familia las ondas de los sellos son sus propias ondas ocultas o asociadas. 
De modo que el humano como onda es oculto o asociado de la tierra, que como sello es de su misma familia. 
Y también el viento y la mano, como ondas son ocultas entre sí, pero como sellos son de la misma familia.
Esto convierte a esta familia en similar a la del caminante del cielo, donde los sellos son ocultos entre sí en la misma familia.
Pero a su vez los sellos de esta familia son los ocultos de los sellos de la familia de la luna (luna, mago, tormenta y semilla). 
Y estos sellos, como onda, están asociados nada menos que a la familia del sol.
La emoción para el ser humano, leyendo el Tzolkin que habla del arquetipo humano, es similar al sol. 
Es pura luz, pura entrega, algo que hace crecer la vida, que hace prosperar. La emoción es un auténtico tesoro que convierte al ser humano en celeste.

Color

El humano es un sello amarillo, como la semilla, la estrella, el guerrero y el sol.
Amarillo significa madurar, el final de un proceso en el cual se ha llegado a la maduración. O sea que es el momento en que has llegado a ser tu mismo. 
La maduración en un embrión humano es haber llegado a la plenitud tanto en cada uno de los componentes como puede ser el hígado, el ojo, como en la persona.
La libertad de que habla lo amarillo es el final de un proceso de maduración. 
El humano pertenece al futuro, porque es una maduración, es decir no es todavía todo lo que es. O quizás es que todavía no hay suficiente consciencia. 
El futuro significa que es algo en expansión en el presente.
Es similar al sol; de hecho no es que sea similar, sino que cada ser humano es un sol, cuando vive y alcanza la transcendencia (el humano es el final de la onda del sol).
La vinculación del humano con el tono 12, expresa la cualidad real del ser humano, pero del ser humano que llega a ese nivel de maduración, o sea de evolución. 
El tono 12 es la respuesta a la pregunta hecha tal vez desde dimensiones superiores, de cómo puedo colaborar con todo lo que existe. El humano es la respuesta a cómo la vida puede colaborar con todo lo existente.
La realidad amarilla del ser humano es el diseño más perfecto de cómo colaborar con todo lo que existe. Y aparece como la tercera presentación de lo amarillo.
El primer sello amarillo que aparece es la Semilla, que se presenta como un programa diseñado desde dimensiones superiores. 
La garantía de funcionamiento está en dimensiones superiores. 
Si encuentras que ese programa es defectuoso, tienes que protestar o pedir explicaciones a dimensiones superiores. Pero el programa es perfecto. 
Pero no importa protestar, porque lo importante es el diálogo. 
El diálogo en sí es una prerrogativa del espíritu.
La segunda vez que aparece lo amarillo es como Estrella. La sociedad es un regalo. 
La Estrella habla de la sociedad de seres luminosos. Es un regalo. 
Ya es tuyo, va junto con la integridad. Y la integridad en sí es un regalo, porque es estar conforme contigo. Quizá te equivocas, pero por error, no por cálculo.
Y la tercera vez que aparece lo amarillo, eso que primero era un programa perfecto, luego era encontrar esa sociedad maravillosa de personas íntegras, es como Humano. 
La tercera aparición de lo amarillo es el humano.
El servicio es el número tres. El humano es lo mejor que han encontrado en dimensiones superiores para colaborar con todo lo que existe, para cuidar de todo y de todos. O sea, nos adiestramos como propietarios a cuidar de nuestras cosas. 
En realidad el trabajo que se hace en la tercera dimensión de lo mío es como un adiestramiento a cuidar de todo, porque nadie cuida de tus cosas mejor que tu. Y en colaborar con todo lo que existe, es colaborar con el mismo interés cuidando de lo tuyo como si fuera mío, es encontrar aquello donde tu eres yo y yo soy tu, el lugar o la realidad de las neuronas espejo, o sea el lugar del ser, o sea del ser siendo.

Segundo Castillo

Pero el Humano en los castillos, que es donde ocurre la evolución dimensional y es donde el humano se muestra como amarillo, o sea maduración, está en el segundo castillo, formado por las ondas del caminante del cielo, enlazador de mundos, la tormenta y el humano.
De modo que el humano es la maduración del caminante del cielo.
La definición del ser humano empieza por quien ha llegado a reconocerse como un Caminante Del Cielo; alguien que pisa el cielo y se mueve por él; alguien que vive en el cielo, que no es precisamente quien está pensando en que le paguen un poco más o un poco menos, o en que le echen o le desechen, sino quien sabe, entre otras cosas, que Dios no se contrata.
Dios no termina su trabajo a tal hora, ni pide que le suban el sueldo ni está en tales circunstancias, sino que siempre está con actividad, disponibilidad, siempre trabajando gratis. 
Es decir, con incondicionalidad y en cuanto te descuidas, con amor.
Entonces, quien ha llegado a reconocerse como un caminante del cielo, puede llegar a reconocerse como un Enlazador de Mundos, alguien capaz de conectar con otras dimensiones. 
El ejemplo de enlazador de mundos es Cristóbal Colón, y el arquetipo de otras dimensiones es ir a América, a un nuevo mundo. 
Este nuevo mundo parece o muy lejano, o muy imposible o que no existe, pero en realidad está muy cercano. 
Parece lejano siendo cercano; aparece como cercano estando lejano; parece imposible siendo muy posible; o tal vez parezca posible pero se muestre como imposible.
Cuando la experiencia se completa con la vivencia del enlazador, descubres que puedes transformar cualquier cosa; descubres el poder de la transformación instantánea, representado por la Tormenta.
Y has llegado a la tormenta cuando te has reconocido como capaz de enlazar con otras dimensiones y cuando has vivenciado que eres un habitante del cielo, teniendo como consecución al vivir como caminante del cielo una plenitud de energía a tu disposición, que es el final de la onda del caminante del cielo.
Cuando te encuentras esa capacidad de transformación, nace en tu interior el gozo, la alegría sin fin. Esa fuente de la risa, ese río, “me río constantemente”. 
Ese es el comienzo del ser humano. Nunca estás parado, porque siempre estás trabajando, aunque no te contratas.




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