29 de noviembre de 2017

Dioses Romanos - Division y Naturaleza -


Los doce dioses fueron divididos en cuatro grupos, cada uno de tres (inicio, medio y final).

Los dioses creativos y paternales conforman el universo, los dadores de vida le dan vida, los inspiradores lo harmonizan, y los guardias lo conservan y lo protejen.

La naturaleza de los doce dioses eran explicados como sigue:

Júpiter se sitúa en el lugar mas elevado de la tríada, ordenando almas y cuerpos, y preocupado de todas las cosas. 

Neptuno completa la parte media de la creación y gobierna especialmente el orden espiritual, ya que es el dios que causa movimiento y todo nacimiento. 
El alma es la primerísima de las cosas producidas y el movimiento es de acuerdo al ser (por ejemplo, planta, ave, pez, humano). 
Finalmente, Vulcano inspira la naturaleza de los cuerpos y fabrica todos los asientos de los dioses en el universo.

De la tríada inmóvil y protectiva, Vesta es primera porque ella conserva la existencia misma de las cosas y las mantiene no desafiadas. 
Minerva guarda las creaturas intermedias en vida inquebrantable, inteligente y espontánea, elevándolas de la materia. 
Marte hace brillar su poder sobre las creaturas en forma corpórea.

Ceres gobierna todo lo que da vida, produciendo enteramente todo lo que da vida en el universo, intelectual, espiritual, y aquello inseparable del cuerpo. 
Juno vela sobre la parte media, devocionándose a la producción del alma. 
Ya que la diosa intelectual, Ceres, envio desde ella todas las emanaciones de otras entidades espirituales. 
A Diana se le asigna el fin, despertando a todo el Logoi natural a la actividad y completando la auto-suficiencia de la materia.

De los últimos, la triada inspiradora o harmonizadora, Mercurio es líder de la filosofía. 
Así, a través de ella guía y eleva las almas y con sus poderes dialectales los envía, en entero y en parte, arriba hacia el bien en sí mismo. 
Venus es la causa primera del movimiento de la inspiración erótica que impregna toda cosa y adapta aquellas vidas elevadas por ella hacia lo bello. 
Ella está desnuda puesto que su función, la armonía, crea lo bello y lo bello no se esconde. Apolo, a través de la música completa todas la cosas y corrige todas las cosas, moviéndolas en entero, y atrayéndolas a través de la armonía y el ritmo hacia la verdad intelectual y la luz que se encuentra allí.

En algunas enumeraciones Plutón reemplaza Vulcano. 
Los neoplatonistas aceptaron los doce dioses como un legado de Platón. 
Conectaron a cada dios olímpico con el planeta o elemento generalmente asociado con él o ella. 
Demeter subsecuentemente cedió su lugar entre los doce a Saturno, presumiblemente porque Cronos-Saturno no era un olímpico. 
Apolo y Aremis cedieron el suyo a Helios y a Selena (el Sol y la Luna) Vesta representa la tierra, Neptuno el agua, Juno el aire, y Vulcano el fuego.



Discusión

¿Hay alguna pertinencia entre todo esto y la práctica de la astrología moderna? 

La asignación de los doce dioses a cada uno de los meses precedió claramente al reparto de los signos del zodíaco entre los mismos doce olímpicos. 
Era un esquema de regencias mas antiguo. 
Cuando el zodíaco fue definido, cada uno de los doce dioses de los meses (automáticamente) se convirtieron en protectores de un signo zodiacal. 
Mas tarde, o incluso al mismo tiempo, los siete planetas fueron también relacionados a los mismos doce signos. 
Si podemos entender algo de como la repartición original ocurrió, y como y porqué llegó a cambiarse por el que todos conocemos, honoramos y obedecemos, quizás podemos mejorar nuestra comprensión de la relación entre los siete planetas y los doce signos. 
Mucho de lo que hacemos en astrología depende de esta relación.

La misma secuencia de los doce dioses aparece en el Calendario Rústico, en Manilius y en el Altar en Gabii . 
Mientras que es imposible de afirmar que ésta es actualmente la verdadera secuencia básica, existe una concordancia general de las otras fuentes sobre la ubicación de Vulcano, Júpiter y Venus.

El Altar de Gabii presenta un problema de interpretación ya que las fotografías indican que los símbolos de las deidades están intercalados a medias entre cada uno de los signos zodiacales representados. 
La tortuga alada de Mercurio esta a medias entre el signo de los mellizos y aquel del cangrego. 
Si relacionamos el símbolo al signo anterior la distribución del Calendario Rústico es confirmado, y si se le asocia con el signo siguiente entonces Manilius es confirmado.

Tanto la tortuga como el cangrejo eran un símbolo de Cáncer, las dos creaturas como el signo son conocidos por sus caparazones duros; las alas de la tortuga indican que Mercurio-Hermes es el guardia del signo. 
Esto apunta hacia el esquema de Manilius.

Las únicas otras representaciones que tenemos, aquellas de Hellin, ... etc. concuerdan en que Vulcano es el protector de Septiembre y/o de Libra. 
Suponiendo que esto también era así en Gabii, tenemos mas evidencia de que el símbolo que precede el signo del zodíaco sería el que debe relacionarse al signo y de que Gabii es un ejemplo del esquema de regencias de Manilius. 
Esto sugiere que es la versión de Manilius la que fue aceptada en vez de la detallada en los Calendarios Rústicos.

Cinco fuentes relacionan a los dioses olímpicos con los signos del zodíaco. 
Si ignoramos el Calendario Rústico, tenemos a Venus consistentemente como la protectora de Tauro, Júpiter de Leo, y Vulcano de Libra. 
De las parejas estándar de los dioses , suponemos, por consiguiente, que Marte es el protector de Escorpión, el signo opuesto al de Venus; Juno a oponerse al signo de Júpiter; y Minerva proteger a Aries, el signo opuesto al Libra de Vulcano.

¿Existe una lógica aparente de la distribución original de los doce olímpicos entre los doce meses y los signos?

Aries y Libra tenían a Atenas-Minerva y Efestos-vulcano como sus dioses guardianes.

Atenas-Minerva es la diosa de la sabiduría. 
A su nacimiento, se nos dice que salió de la cabeza de Zeus vestida de su armadura, blandiendo su lanza, y dando su grito de guerra. 
Aunque es una diosa marcial, su atributo mas característico es su inteligencia práctica y ella es la protectora, inspiradora y profesora de todos los trabajadores especializados y artistas. Sus rasgos mayores son la prudencia y el valor. 
Nunca va a la guerra a menos que es forzada, y cuando pelea, siempre gana. 
Su emblema es la lechuza.

Efestos-Vulcano es el feo herrero-mago, cojo, es el artesano y shaman arquetípico, el dios de la perfección tecnológica que crea muchas cosas maravillosas. 
También es una deidad del fuego volcánico, que usa en su forja. 
Sus emblemas son sus tenazas y la codorniz, un ave que baila cojeando en primavera.

Aries simboliza la cabeza de la cual salió Atenea. La asociación Efestos-vulcano con Libra, una constante en todas partes, es sin duda debido a la balanza forjada siendo el unico objeto manufacturado del zodíaco. Ariel Guttman y Ken Johnson, astutamente sugieren que Atenea y Efesto son emparejados porque ambos nacieron de un pariente celibato, Atenea de Zeus sin intervención femenina, y Efesto de Hera sin contribución masculina.

Tauro y Escorpión fueron asociados con Afrodita-Venus y Ares-Marte.

Afrodita-Venus es la diosa de la sexualidad, la belleza y el amor. 
Introduce el deseo en el hombre y los animales, y estimula su urgencia sexual, amor físico y unión corpórea. 
Ella representa el poder de atracción que une a la gente. 
Su emblema es la paloma.

Ares-Marte es simplemente el dios destructivo, matón de la guerra. 
Goza en asesinar y saquear. No se dice nada mas de él en mitos, aparte de su aventura con Venus. Sus emblemas son un jabalí salvaje, un lobo, y una lanza ensangrentada.

Damos las regencias de estos dos mismos signos a los planetas nombrados en el nombre de este par de dioses.

Géminis y Sagitario fueron dados a Apolo y a su hermana melliza Artemisa-diana.

Apolo representa tanto la iluminación predecible como fortuita. 
El es el dios del Sol, y es músico como arquero, el uno indica la serenidad, respeto de la ley y orden, y divina armonía. 
El otro, maestría de las distancias y por lo tanto desprendimiento de lo ‘inmediato’. 
Es el dios calmo de la curación, de la luz, de la inteligencia, y de las artes, que mantiene alejado el mal y se asociaba con los oraculos y la profecía verdadera. 
Su mensaje a la humanidad "Conócete a ti mismo" es una directiva a la comprensión universal. 
Su emblema es el ratón y el trípode.

Artemisa-Diana es la diosa de la Luna. 
Los primeros cristianos la consideraban su mayor rival; los Evangelios ordenaban la total destrucción de sus templos. 
Ella es la patrona de los cazadores, de los animales salvajes y de las doncellas. 
Ella es la diosa de la castidad que representa lo intocable, y es indiferente al amor. 
Ella preside sobre el nacimiento y, como su hermano Apolo, es una hábil arquera, nunca se le ha visto sin su aljiba de flechas y su arco. 
Su emblema, la osa, conmemora al animal salvaje mas peligroso de la antigua Grecia.

La conexión de los mellizos y el arqueo con Géminis-Sagitario es obvia.

Cáncer y Capricornio fueron dados a un par de dioses que parecen completamente opuestos en su naturaleza el uno del otro: Hermes-Mercurio y Hestia-Vesta.

Hermes-Mercurio es el mas listo de los dioses, el dios-timador del ardid y de la doblez, del robo y de las aventuras amorosas nocturnas. 
También es el astuto compañero del hombre, el dador sin rival de cosas buenas, protege el rebaño, las manadas y los caminos, y es el patrono del comercio, del negociante, de los banqueros y de los adivinos. 
El es el intermediario: el heraldo y el mensajero de los dioses, y guía de los muertos. 
Los filósofos lo identificaban con la divina inteligencia, el Logos; los padres de la Iglesia lo comparaban con Cristo; y los alquimistas (los herméticos) del renacimiento lo consideraban el catalizador arquetípico. 
Sus emblemas son el cráneo, sus sandalias aladas y el caduceo.

Hestia-vesta nunca deja el Olimpo.
 Ella es la que se queda en casa, la protectora del hogar, diosa de la familia y de la paz; se cuenta con ella para siempre estar allí en el centro del mundo. 
Su llama arde continualmente, representando la luz, el calor y la seguridad. 
Debido a su amabilidad era la diosa mas venerada de las deidades. 
Su emblema es la lámpara.

El tiempo de Vesta en el año (ahora lo llamamos Navidad) continúa siendo celebrado hoy en día como un festival de luces. 
La tutela de Mercurio sobre Cáncer no es tan extraño ya que podemos inicialmente pensar: la gente con este signo elevándose al nacimiento son a menudo grandes viajadores, y siendo Cáncer el doceavo signo del zodíaco griego y de tal manera asociado con el fin de las cosas, por ejemplo, con la muerte, Hermes-Mercurio, como el olímpico responsable de guiar las almas al mundo subterráneo, el psicopompa, es el guardián apropriado.

Leo y Acuario fueron asignados a Zeus-Júpiter y su consorte Hera-Juno.

Zeus-Júpiter es el jefe incontestado de los dioses, es el señor absoluto del universo. 
El es el Padre de Todo, la deidad suprema, que pobló los cielos y la tierra por medio de sus promiscuas relaciones. 
A veces se le llama Jové, y los judíos y cristianos le conocen por Jehova. 
Representa la prudencia y el orden dominante sobre todo. 
El es el gran dispensador de justicia. 
Sus emblemas son el águila y el rayo.

Hera-Juno, la celosa esposa y hermana de la deidad suprema, es preeminentemente la diosa del matrimonio y del nacimiento, y por ende de la perpetuación de la raza. 
Su emblema es la vaca, el león y el pavo real.

Leo ha sido siempre considerado el signo preeminente del gobernador universal. 
El año nuevo griego comenzaba cuando el Sol entraba en el signo. 
También se asocia a Leo con Cibeles, la Madre del Universo. Fuego Fijo es la mas fuerte y mas absoluta combinación de modo y elemento; es el signo del potencial actualizado, del ‘Yo soy’. Leo solo podía ser dado al dios supremo. 
Su consorte obtiene entonces automáticamente el signo opuesto de Acuario.

Virgo y Piscis fueron destinados a Demeter-Ceres y Poseidón-Neptuno.

Demeter-Ceres el la dadora de leyes y la diosa de la agricultura y de la fertilidad. 
También es, en asociación con Plutón (ver el mito de Persefona/Kore), diosa de los misterios. 
Estos incluyen el destino cíclico de la vegetación: nacimiento, vida, muerte, y renacimiento. 
Los misterios enseñaron que la vida del hombre es como la vida de los cereales, la fuerza y la perennidad son accesibles a través de la muerte. 
Los muertos retornan a la Madre Tierra (De-meter = la madre), con la esperanza de compartir el destino de la semilla sembrada. 
Sus emblemas son una canasta y la amapola, que florece roja como la sangre entre la cebada.

Poseidón-Neptuno es el Mar; el colérico, malhumorado señor del océano. 
Como marido de la tierra, él era el que hacía temblar la tierra, fabricante de terremotos. 
Sus emblemas son los delfines, el caballo y el tridente.

Virgo es asociado con la estrella fija Spica, la Oreja de Trigo, y Demeter-Ceres es la diosa de los cereales. 
Poseidón-Neptuno es el dios del mar y Piscis es el signo del mar. 
Este emparejamiento tiene sentido cuando recordamos que Poseidón es el marido de la Tierra y que Demeter-Ceres es la diosa de la Tierra.

Parecen existir perfectamente buenas razones míticas para la asignación de los doce dioses a cada uno de los doce signos del zodíaco. 
Sin embargo, las naturalezas esenciales de los siete dioses planetarios y sus subsecuentes relaciones con los doce signos del zodíaco deberían haber sido detectados muy diferentemente. 
Uno esperaría que las naturalezas de los siete dioses planetarios habrían sido descubiertas por medio de observaciones a través del tiempo, de los efectos observados sobre la vida a las culminaciones y al horizonte oriental, empíricamente. 
Estas naturalezas planetarias serían, a su vez, aliados a aquellos de los signos del zodíaco, exhibiendo atributos similares. Yo creo que esto sucedió solo en parte.

En Grecia, la atribución de la naturaleza de los dioses a los planetas mismos fue lento a desarrollarse totalmente. 
Siguiendo las anteriores sugestiones de Platón, la fuerza directiva parece haber sido el Epinomis, escrito en el cuarto siglo a.C. por Felipe de Opus, quién había sido el secretario de Platón a su vejez. 
Este establecía que los planetas debían de ser dioses, como ya lo sabían los egipcios y los babilonianos desde hace mucho tiempo, y que los griegos deberían aceptar este saber y religión, después de mejorarlo. 
Mientras se rinda la debida reverencia a los antiguos dioses, de acuerdo a las tradiciones venerables, el culto a los dioses visibles, los cuerpos celestes, debería ser la religión del estado. 
Por medio de la precisión eterna de su movimiento, los planetas revelan que ellos mismos son dioses, cada planeta regulando su propio movimiento con una inteligencia divina y repitiéndolo eternamente para dar testimonio de su propia sabiduría. 

La religión astrológica inicialmente defendida por el Epinomis gradualmente evolucionó a la religión suprema en el mundo pagano. 
Los antiguos dioses aún seguían siendo adorados, pero sus aventuras mitológicas eran siendo cada vez mas consideradas como infantiles e inmorales; la gente pensante consideraba a la astrología como muy racional y la mayoría de los miembros de la elite intelectual la consideraba como una ciencia

Inicialmente los griegos conocían a los planetas por términos expresivos mayoritariamente relacionados a su luminosidad, tal como Fainón por Saturno, Phaethon (Júpiter), Pyroeis (Marte), Phosphoros (Venus), Stilbon (Mercurio). 
La última palabra que significa Centelleante o Parpadeante, fue usado para Mercurio por Eudoxos y Aristóteles. 
Estos mismos nombres de los planetas seguían siendo utilizados en la interpretación de un horóscopo fechado el año 81 d.C.

Podemos suponer con seguridad que los primeros astrólogos griegos no comenzaron de cero. A partir del cuarto siglo a.C., en virtud de las conquistas de Alejandro, estuvieron en estrecho contacto con sus homólogos en Babilonia y Egipto, quienes poseían "un milenio" de observaciones. 
Teofrastus, el sucesor de Aristóteles que murió el 322 a.C., de quién se afirma haber dicho que los caldeanos eran capaces de predecir, en su época, no solo el clima de los cielos pero también la vida y la muerte de todas las personas. 
Por lo tanto los griegos deben de haber podido obtener de otros un inventario de los atributos que podían ser asociados con cada uno de los siete planetas.

Habrían aprendido, por ejemplo, que su Pyroeis era el mismo planeta que los babilonios llamaban Nergal, y que Nergal con su color de fuego rojo y su movimiento a saltos, había sido identificado como un tirano sangriento y capricioso, el enemigo del hombre, un planeta que cuando visto en ciertos lugares del cielo era capaz de perturbar toda la naturaleza. 
Los griegos habrían reconocido la similitud de naturaleza del llamativo Nergal o Pyroeis con su propio dios de la guerra. 
Así es como Pyroeis llegó a ser conocido como ‘Pyroeis la Estrella de Ares’.

Marduk, el nombre dado por los babilonianos a su dios supremo, solo podía ser Zeus; había solo un dios supremo. 
Marduk fue asociado con el planeta que los griegos conocían por Faeton. 
Astrológicamente, ‘Faeton la Estrella de Zeus’ mezclaba la supremacia del olímpico, Padre de los dioses y del Hombre, con el aspecto astrológico de Dios de la Atmósfera.

Afrodita e Ishtar fueron nombres diferentes para la misma diosa del amor y del placer. Fosforos en consecuencia era la Estrella de Afrodita, aunque el planeta continuó a ser conocido como la estrella del amanecer o del atardecer, la que brillaba en la obscuridad como el fósforo.

El Nabu babilónico, como Hermes, era un intrigante engañoso y astuto y un entreprendedor, también era elocuente y un estimulador de las artes. 
Los griegos conocían al planeta Nabu como Stilbon; así es como el planeta parpadeante cercano al Sol, que se mueve rápidamente y esta constantemente girando y dando vueltas hacia adelante y atrás paso a ser la Estrella de Hermes.

El planeta Ninib tenía un aspecto apagado, lívido y se movía lentamente; este era el planeta que los griegos conocían como Fainón y que los babilonianos asociaban con un hombre prudente, grave, melancólico y viejo, indiferente al destino humano e incluso un poco malévolo. 
Esa descripción no coincidía con ningún miembro del grupo de los doce olímpicos, pero si identificaba a Cronos, el exiliado padre de Zeus, Poseidón, Hera y Plutón. 
Fainón pasó a ser la estrella de Cronos. 
Debido a su edad, los astrólogos griegos le dieron una especie de primacia; pero también a través de asociaciones antiguas con el momento de la siembra, se creía que poseía una virtud generativa - aunque la paternidad no le iba nada de bien con sus años.

Unos 200 años o tanto pasaron antes de que los planetas adoptaran finalmente sus nuevas identidades y fuesen simplemente conocidos como Cronos, Zeus, Ares, ... etc. 
Por el uso de los nombres planetarios antiguos, el astrólogo que hizo el horóscopo del año 81 d.C. 
Puede que nos esté diciendo la fecha aproximada de cuando ocurrió el cambio. 
Todos los horóscopos conocidos después de esa fecha usan la nueva nomenclatura planetaria.

Aunque los astrólogos no intentaron liar los planetas con las diversas mitologías contadas sobre los dioses, si aparecen haber recurrido a la mitología para el carácter esencial de cada deidad escogida, el complejo de asociaciones suscitadas por el nombre.

Estas asociaciones de un dios con un planeta y el carácter que ese dios había desarrollado parece que fue aceptado por los griegos como axiomas científicos de los cuales se podía deducir el tipo de influencia que ejercía el planeta. 
Como los dioses, los planetas eran considerados como seres con voluntad, sexo y fuertes emociones. 
Sus naturalezas vivientes se reflejaban en los términos que los primeros astrólogos usaban para ellos. 
Ellos podían ver, escuchar, regocijarse, apenarse, estar contentos o tristes, obedecer o no, simpatizar o no, e incluso se decía que portaban lanzas que, en las ocasiones apropriadas, podían lanzar.




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