23 de diciembre de 2017

El Papiro De Ani-I


Llamado de ese modo por estar confeccionado para el Escriba y Contador Real Ani (Dinastía XIX, año 1.240 a.C.),  es considerado uno de los más completos, ya que recoge casi todos los textos que se solían escribir en forma de jeroglíficos, procedentes de la tradición egipcia de períodos más antiguos, tanto lo que se dibujaban en las paredes de las tumbas (textos de las pirámides) como los que adornaban los sarcófagos (textos de los sarcófagos), siendo la versión más conocida y completa que se conoce, con el mayor número de capítulos, casi todos decorados con dibujos que explican cada paso del viaje y del juicio, debiendo destacarse su longitud de 23,6 metros e integridad total desde el principio al fin.

Lamentablemente, una vez traído a Londres y a efectos de su minucioso estudio, fue seccionado en 37 partes por su propio descubridor o adquirente, el egitólogo Dr. Wallis Budge, agente de compra del Museo Británico, que dió con el papiro a travez de su red de informantes en la zona de Luxor durante el anio 1888, procediendo el mismo de una tumba de la dinastía XVIII.

El mismo Wallis Budge estudió el papiro a fondo, traduciendo su contenido en forma completa, obra que publicó en su libro : ” The Egiptian Book of the Dead”, publicado en 1895.

El papiro original es propiedad del Museo Británico en Londres, registrado bajo el nº 10.470, formando parte de las colecciones del museo desde 1888. Las 37 láminas originales se pueden ver en el sitio del museo .

En el antiguo Egipto el ser humano tenía el anhelo de vivir para siempre al lado de sus dioses, esperanza que, con muy escasas excepciones, ha caracterizado a todas las concepciones religiosas que han existido a lo largo de la historia.

El Panteón Egipcio es uno de los más extensos que se conoce, ya que los creyentes, como corresponde a toda religión politeísta típica, explicaban absolutamente cada suceso natural que no comprendían a través de la existencia de uno u otro Dios.

Había Dioses más importantes que otros y, naturalmente, algunos que únicamente se adoraban en algunas zonas o durante algunas épocas concretas, lo cual también estaba influenciado por la moda del momento. 
Sin embargo, había una cantidad de Dioses que se veneraban en todas partes y eran muy importantes.

El hombre egipcio tenía una visión de la realidad que impregnada por la magia difería claramente de la que poseen los hombres modernos. 
En el Egipto de los faraones las creencias de los individuos estaban dominadas por unos componentes religiosos, rituales y mágicos, que hacían que todo adquiriese un sentido transcendental, que en nuestros tiempos, dominados por un modo de vida subordinado al pensamiento científico, hemos perdido.
Tomemos como ejemplo la Inscripción en la tumba de Petosiris, sumo sacerdote de Thot en Hermópolis :
“Construí esta tumba en esta necrópolis, junto a los grandes espíritus que aquí están, para que se pronuncie el nombre de mi padre y el de mi hermano mayor”.
Un hombre es revivido cuando su nombre es pronunciado…

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