20 de diciembre de 2017

Amón - Dios Egipcio


Divinidad representada como ser humano y a veces con cabeza de carnero.
Cuando era representado como humano llevaba una corona con dos plumas divididas en siete segmentos y un disco solar en la base.
En Tebas se le asociaba a la diosa Mut y su hijo Jonsu.
En su función de dios creador adoptaba dos formas: la de serpiente y la de oca.
Su importancia se popularizó a partir de la dinastía XII que convirtió a Tebas y Amón, su dios patrón, en la capital política del Alto Egipto y de todo el imperio.
El templo más antiguo dedicado a Amón del que se tiene constancia en Tebas pertenece a la dinastía XI y fue desplazando en importancia al culto tebano a Montu (dios de la guerra).



Su importancia hizo crecer la influencia de los sacerdotes del culto a Amón en la vida política y social de Egipto, interrumpida por el breve periodo iniciado por Amenhotep III y culminado en Akhenaton en el que el dios Atón lo desplazó como principal divinidad.
El culto a Amón se restauró con Tutankamón.

Amón se consideraba en el imperio nuevo como el "rey de todos los dioses" y se le asimiló como una manifestación de Ra(Amón-Ra), pasando a ser por ejemplo, la principal divinidad del Imperio
Nubio de la dinastía XXV o asimilándose a Zeus en el Periodo Ptolemaico.

Los egipcios lo consideraban com un dios protector de los indefensos frente a las injusticias de los poderosos.
Amón significaba para los egipcios el poder oculto, "el que no se puede ver", "el desconocido", añadiendo un componente mistérico.

Amón en su otro aspecto, el del dios de la guerra, dirigía al rey en sus acciones contra los enemigos de Egipto. La planifi-cación de muchas campañas de conquista se le acreditaba a él: era la inspiración divina esencial detrás de las exitosas estrategias de Egipto.
Aunque en el periodo posterior Amón se había convertido principalmente en el dios del monarca gobernante, el egipcio corriente aún tenía acceso a él.
Al visitar el templo especial de «Amón, el que oye todas las plegarias», el suplicante podía solicitarle ayuda al dios, y, al dejar una pequeña "estela" (una tabla de piedra inscrita) ante su puerta, podía tener la certeza de que tomaría en consideración su petición.
Dentro del templo de Amón en Tebas se mantenía una barca ritual. Estaba ricamente construida y decorada con grandes cabezas de carneros recubiertas de oro.
Sobre su cubierta se hallaba colocada una imagen del dios, y durante los festivales de Amón se le hacía desfilar de forma ceremonial ante sus adoradores.
La adoración de Amón estaba unida a la del dios Min, que tenía en Tebas un templo que daba al suyo en la orilla opuesta del Nilo. Como resultado de esa relación, a veces se retrataba a Amón en la postura itifálica de Min, con la mano levantada por encima de su cabeza blandiendo un látigo. El incienso desempeñaba una parte importante en los rituales de Amón, y se creía que las gotas del más puro olíbano se formaban de su transpiración. En su templo, los elaborados paseos procesionales estaban flanqueados por esfinges de cabezas de carnero.

Los faraones que apoyaban a Amón promovieron la creencia de que era padre de ellos por matrimonio divino con su madre terrenal. De este modo identificaban la soberanía con el dios y así ganaban la adhesión completa de su sacerdocio. Tan importantes eran los eslabones entre el culto de Amón y los gobernantes de Egipto que los oficiantes de más alto rango en el sacerdocio eran miembros de la familia real o nobles elevados. Más adelante, bajo la forma de Júpiter Ammón, Amón fue adorado hasta entrados los tiempos clásicos. Incluso Alejandro Magno sintió la necesidad de visitar su templo en Siwa para obtener el consentimiento divino.

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