20 de diciembre de 2017

Apis - Dios Funerario - Egipto


Apis surgió originalmente como dios de la fertilidad, pero con el paso del tiempo los antiguos egipcios lo incorporaron a su mitología como deidad funeraria.
Se lo representaba con forma de toro, o con cuerpo humano y cabeza taurina.
Como toda divinidad solar, llevaba siempre un disco solar entre sus cuernos.
Aunque lo conocemos como Apis, este es en realidad el nombre con que lo denominaron los griegos.
Los egipcios, en cambio, lo conocían como Hap.
Según el mito de su nacimiento, fue fecundado por un rayo de sol en la diosa Isis, que era asociada con la vaca.
Así, el toro se relacionó en el Antiguo Egipto con el culto funerario.
Esto surgió a partir de su asociación con Sokar, de quien se decía que era heraldo, tras habérselo considerado anteriormente como heraldo de otros dioses, entre ellos Ptah y Osiris.
Menfis fue la primera ciudad en que se veneró a Apis, en los primeros siglos del Antiguo Imperio.
Allí era dios de la fertilidad, asociado a otros dioses como el Sol y el Nilo, que eran para los egipcios divinidades sumamente importantes.
Los griegos y los romanos se apropiaron más tarde de la figura de Apis, y el faraón Ptolomeo I Sóter generó un nuevo culto a Serapis, un dios sincrético que reunía características provenientes de las mitologías griega y egipcia.
En Sakkara, existe un sitio conocido como el Serapeum.
Se trata de un conjunto de sarcófagos en los que fueron enterrados más de 60 bueyes, desde el reinado de Amenofis III al de Ptolomeo X Alejandro.
Esta inmensa necrópolis es uno de los principales testimonios de la asociación del dios Apis con los rituales funerarios, característicos de la creencia egipcia a partir del Imperio Nuevo.


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