7 de agosto de 2017

La Santeria no es Vudu - Parte III - Tarot De Los Orixas -


Erzuli Yeux Rouges - como le escuche decir a un descendiente de franceses en Nueva Orleans - parece despedir fuego por sus ojos y al danzar pareciera suscitar una alta temperatura a su alrededor."
Al decir de esta persona, años atrás no podía conseguir la ruptura sentimental con una amante, quien lo perseguía exigiendole la continuidad de la relación, amenazándolo, de no ser así, de contarle a su esposa todas sus intimidades.
A pesar de ello trato de alejarse de esta mujer, aun sabiendo el riesgo que corría.
Comienzo por no tratarla tan seguido, de no verla tan frecuentemente, a lo que ella respondió de la manera sospechada: hostigandolo y persiguiéndolo por todas partes.
Su primera táctica fue presentarse en su lugar de trabajo (este hombre es un comerciante importante de la ciudad de Nueva Orleans, Estados Unidos) reclamandole, con un tono de voz imperativo, delante de sus empleados,quienes observaban la escena sin hacer ni siquiera un pequeño comentario entre ellos, por lo menos delante del jefe.
Ante esta situación se amedrentaba por temor a que algún día, a la hora del mediodía (que era el horario que comúnmente podía pasar su esposa, muchas veces con el objetivo de almorzar juntos en algún lugar), coincidiera la "terrible visita" (así se refería a su amante, provocando algún altercado con su mujer).
Así fue perdiendo independencia y quebrándose su voluntad.
A pesar de ello, trataba siempre de que la obcecada mujer entrara en razones, haciéndole recordar que lo de ellos había sido un affaire sin ningún tipo de compromiso, y que siempre le había aclarado que nunca se separaría de su mujer, que nunca romperia su hogar.
Según su versión, nunca le había prometido una relación duradera (a pesar de que ya hacia dos años y meses que salían), y menos una futura convivencia.
Sus conversaciones aumentaban en frecuencia, pero no en resultados.
La posición de esta mujer no variaba, al contrario, empeoraba cada vez mas, pues al final no vacilaba en llamarla a su casa a altas horas de la noche prefiriéndole toda clase de insultos.
Su esposa se despertaba la mayoría de las veces sobresaltada, y al principio se confirmaba con su respuesta: "era equivocado".
Pero luego, al hacerse cada vez mas reiterada esta situación, comenzo a sospechar y a observar detenidamente la actitud de su esposo al contestar las misteriosas llamadas. Ante lo cual, este muchas veces titubeaba, demostrando inseguridad y alguna posible culpabilidad.
Todo esto llego a un limite insostenible, su señora sospechaba, los empleados ya murmuraban, el ambiente de su casa y del negocio estaba enrarecido y tenso, y el, por mas que se esforzaba, estaba agotado y sus nervios destrozados, no pudiendo disimular mas.
Su amante, que era mucho mas joven que el, llego a ofrecerle una tregua: lo dejaría tranquilo para siempre si le entregaba una suma de dinero bastante considerable.
Luego de mucho pensarlo, llego a la conclusión de que lo que hoy le ofrecía como para "siempre", mañana podría ser para "nunca", teniendo que soportar su extorsión de por vida.
Una mañana, una de sus empleadas, llego un poco mas temprano de lo habitual, mas o menos a la hora que el acostumbraba a llegar, cosa que le llamo la atención, pues a pesar de que siempre había sido puntual nunca había llegado con tanta antelación.
Los dos empezaron a mirarse con cierta complicidad, hasta que el, con la confianza que le daban tantos años de trabajar juntos, le pregunto directamente si necesitaba algo de el o quería conversar sobre algún tema que lo vinculara.
La respuesta no tardo en llegar: - Mire, hace tiempo que todos aquí, y especialmente yo, lo notamos algo distraido, como si algo lo preocupara en demasía... - hizo un largo silencio, y continuo - .
Creo saber lo que lo aqueja y no hace falta que me cuente nada.
Lo conozco hace tiempo, a su señora, a su familia, y me pondría muy triste que algo o alguien quisiesen perturbarlos... - y continuo - . De ser así no se preocupe, pues conozco una mamaloa que puede ayudarlo

Ver Parte IIII



Fuentes Consultadas
Alfaomega.es

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