27 de diciembre de 2017

El Poder. La Ley Gitana -


El poder de una familia indudablemente lo da el número de varones con los que cuenta (esto está basado en la historia, cuantos más hombres tuviera el grupo mejor podría ser defendido).
Se puede ser un hombre fuerte pero no un hombre de respeto.
El hombre de respeto ha de tener una reputación intachable en el cumplimiento de las normas gitanas, pasando a considerarse como gitano de respeto o prestigio a partir de los 50 años.
Las leyes gitanas son orales y están presididas por los mayores; la falta de un código de Derecho escrito no implica su inexistencia.
El carácter ágrafo de la cultura gitana ha dado lugar a un cuerpo de leyes no escritas.
Son considerados como delitos cuestiones tales como:

- El robo o el engaño a otro gitano.

- Abandonar a la familia en trances difíciles.

- Invadir los límites del territorio de una familia "contraria".

- Delatar a otro gitano.

- No cumplir con las leyes impuestas por un consejo de ancianos.

Al ser las leyes orales, los límites que marcan la diferencia entre lo que es ley (regla impuesta, de obligado cumplimiento) y lo que es norma o costumbre (práctica de uso común entre los miembros de un grupo), son a menudo difusos.
El incumplimiento de la ley tiene, al igual que en otras culturas, unas sanciones en función de la gravedad del delito.

Pueden ir desde la agresión física a la prohibición de pisar determinado territorio o a la expulsión del grupo familiar al que se pertenece (el llamado "destierro").
Cualquier gitano que comete un delito tendrá que cumplir dos penas, la impuesta por la ley española y la impuesta por la ley gitana.


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